Peña jubilar

24 de abril 2025 - 03:05

Año de alegría jubilar. Momento único para peregrinar a los pies de la Virgen de la Peña, nuestra Madre, en esta etapa en que se nos da la oportunidad de ganar todas esas gracias y privilegios que la Iglesia concede en este 2025.

Júbilo quiere decir alegría. Y la alegría hecha espíritu y devoción bendita se traduce a nuestros corazones en la mirada y protección de esa imagen que la Puebla de Guzmán tiene como presencia en un nombre de fuerza permanente, que en la Peña nos atrae y colma de sentimientos.

La romería de este año tiene que ser distinta por la grandeza que enmarca en este jubileo, de gracia infinita, que como lluvia de perdón y redención recae sobre nuestra alma. La nueva vida que anuncia la primavera se hace más real, en el corazón de una tradición que es fuego vivo de amor, en honor y homenaje a la Reina del Andévalo.

Primavera devocional entre las flores que nacen en los campos y ese aire alegre como son de la Romería, entre cantares sonoros que nos emociona en sus compases y en las letras de fandangos que son expresión viva de una filosofía popular que las transforma en oraciones, que el pueblo vive y expresa, en anual jubileo de cariño a la Virgen.

Allá arriba, en ese cielo onubense que es el Cerro de Águila, el éxtasis romero cubre un ambiente de emoción por el que no pasa el tiempo. La tradición se mantiene y el brindis más alegre hace chocar las copas de los corazones, en la más pura y bella expresión de amor a nuestra Patrona andevaleña.

La Virgen será para siempre esa sonrisa de cielo que abre me inolvidables recuerdos, como el día de mi Pregón en tu pueblo, hace ya tantas décadas.

Te dije, Madre mía, que eres como una rosa temprana que acaricia la mañana, como Reina de ángeles que, en la cúspide de tu Cerro, detienes el vuelo para recrearte en tu pueblo, como un sol que alumbra la esperanza de tus hijos. Como una Peña que arraigada en el monte detienes todas las desventuras del género humano…

¡Cuánto amor en tu Hermandad para poner ante tus plantas el cariño y la entrega de todo un pueblo, consagrado a tu corazón!

Hoy, en el triunfo espiritual del Año Jubilar, dejo a tus pies el más bello recuerdo y mi oración por tantos Pregoneros como han hecho pública su pasión y su amor por Ti, Madre nuestra. El pregón es un cantar hecho poesía, vida y sentimiento. Y esas voces son las que se unen en tu Gloria, con la de todos tus hijos, para gritar con fuerza: ¡Viva la Virgen de la Peña!

Un procesionar lleno de alegría con tu Hermandad filial de Huelva que ya espera emocionada la presencia de la matriz, soñando como el próximo septiembre en que Ella acuda a la Magna onubense, que será altar de la mayor de las emociones andevaleña.

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