El pelotón

16 de septiembre 2025 - 03:07

Alo de la Vuelta Ciclista a España urge darle otra vuelta. No sin antes firmar a contrarreloj todo lo que mis colegas están escribiendo a la carrera sobre la vergüenza nacional que ha supuesto el boicot y cuánta responsabilidad en los altercados tiene Pedro Sánchez. Es un hombre que, mientras cierra las centrales nucleares que, pacíficamente y con la máxima seguridad, proveen a España de una energía imprescindible para sus hogares y sus industrias, lamenta no tener ojivas atómicas. ¿Para defender a España? No. Para poder tener más peso a favor de Gaza en el conflicto con Israel. El antinuclear echando de menos cabezas nucleares.

Firmada la contrarreloj, dejemos atrás esa meta volante y coronemos el puerto de montaña. No tengo duda de que Sánchez sigue un patrón. Alentando estas discordias y tumultos, piensa –como suele– en su interés político. Salga donde salga le abronca todo el mundo: su solución es el camuflaje. Que los pitidos imperen en el país, y entonces ni los dedicados a él se notarán tanto ni los que estén ocupados abucheando al vecino se acordarán de abuchearle a él. Así, si Pedro Sánchez logra llegar con el follón del pelotón cerca de la meta, todavía puede intentar ganar por sorpresa al sprint. Lo hizo en julio del 23.

Y aunque no gane, la bronca tiene todavía otro silencioso efecto. En El País ya están adelantando en sus editoriales que el PSOE derrotado tendría que apoyar al PP si este no lograse –como no logrará– la mayoría absoluta. Cualquier cosa antes que pactar con Vox. En el entorno de Feijóo sueñan con ese apoyo del PSOE bueno. Y desde Europa, donde socialistas y populares pactan hasta el recreo, también. Sin embargo, Sánchez sabe de sobra que una gran coalición le dejaría colgado de la brocha y de la toga. Él sería el chivo expiatorio que justificaría el acuerdo bipartidista ante los votantes del PP y del PSOE. Por eso, Sánchez, al azuzar a los suyos a las barricadas de la extrema izquierda, los está entrenando para cerrarse en banda. Las bases, los medios y los apoyos del PSOE están batasunizados hasta extremos que hacen impensable cualquier pacto con el PP. Sánchez, parece que a lo loco, está cubriéndose las espaldas. Que el ridículo internacional no nos impida ver este final de etapa. Manual de resistencia hasta el dopaje y más allá.

stats