La esquina
José Aguilar
Yolanda no se va, se queda
En España ya no tenemos estaciones, tenemos estados de ánimo térmicos: del “qué bien se está” pasamos al “esto no puede ser verdad” en cosa de días. Cada verano se bate el récord del anterior, como si el clima estuviera compitiendo por dejarnos fritos antes de tiempo. Las noches tropicales se multiplican, las sombras cotizan al alza, y el ventilador ya no refresca, solo agita el drama que sufrimos cada noche al intentar dormir y descansar.
Y con la que está cayendo conviene no tomarse a broma los golpes de calor: si te duele la cabeza, sientes debilidad o mareos, tienes la piel muy caliente y seca, confusión, náuseas o incluso pérdida de consciencia, cuidado porque es una urgencia médica grave. Hay que hidratarse con frecuencia, sin esperar a tener sed, evitar la exposición directa al sol durante las horas centrales del día y buscar siempre ambientes frescos y ventilados.
Por desgracia, ya ha fallecido una persona este año a causa de la caló: fue hace unos días, en plena ola, y nos recuerda que esto no es una anécdota veraniega, sino una amenaza seria. Y claro, surge la pregunta: ¿y si trabajas al aire libre? Porque no todo el mundo trabaja en una oficina con aire acondicionado. Si tienes que estar al sol es fundamental hacer pausas frecuentes, buscar sombra siempre que se pueda, usar ropa ligera y cubrirse la cabeza. Porque si el astro rey aprieta, lo que no se puede aflojar es el sentido común.
Recuerdo que mi estación favorita solía ser el verano, pero hablamos de hace más de 30 años. Me entra la risa floja solo de pensarlo: era estudiante, no trabajaba, y me pasaba medio verano durmiendo en casa de una amiga en Punta Umbría. Todo eran ventajas: no teníamos que hacer de comer, no nos cansaba la playa, refrescaba por las noches y nuestra mayor preocupación era decidir el modelito para salir de fiesta..
Ahora soy una señora con todas las letras: protección del cincuenta para ir a la playa temprano o por la tarde a partir de las seis, preferencia por las playas con fácil acceso y duchas y nada de ir los domingos, para evitar caravanas y aglomeraciones.
Sócrates decía que el conocimiento comienza con el asombro; yo me asombro cada verano cuando el calor bate otro récord. ¿Será una fase más del clima o algo más serio? La ciencia lo tiene claro. No es una casualidad, es el cambio climático, resultado de nuestras acciones: emisiones descontroladas, consumos excesivos y una forma de vida que exige más de lo que el planeta puede dar.
Mis más sinceros deseos de que no se os estropee este verano el aire acondicionado. ¡Feliz jueves!
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