La nueva caída de Roma

La aldaba

09 de mayo 2025 - 03:06

En el centro de Roma hay cada vez menos residentes. ¿Les suena la película? Dicen que Roma es ya como Venecia. En el casco histórico de la capital italiana ya solo hay censadas 23.000 personas, la mitad de la población de Soria, como leíamos recientemente en un titular dominical de El País. Las cifras avalan cuanto se sufre estos días de máximo ajetreo en una Roma de sede vacante, que rima con expectante. El fenómeno de la despoblación, la despersonalización y la pérdida de identidad de los centros de las grandes capitales turísticas resulta imparable. Ni se toman medidas activas, ni tampoco pasivas. De vez en cuando sale un concejal voluntarioso que trata de ordenar la convivencia en las principales calles de su municipio. Unos cartelitos, una llamada a la búsqueda del equilibrio y la conciliación... Y poco más. Un problema global no se arregla con parches locales. Después esos mismos concejales se lanzan a la búsqueda de nuevos viajeros, a la venta de experiencias y de bonos turísticos. No sabemos, no queremos, no podemos. Estamos metidos de lleno en un ciclo provocado por las líneas aéreas de bajo coste y con efectos negativos potenciados por la mala educación, pues no se olvide que queda mucha gente que no viaja haciendo el indio ni dejando cochambre por mucho que asista a una final de fútbol. En Andalucía ocurre lo que hace años sufre Venecia y lo que ya se padece en Roma. Un día, tal vez pronto, nos arrepentiremos de no haber puesto coto, de haber sacrificado casi todo en el altar del turismo, de haber consentido la pérdida de vecinos, de negocios tradicionales y de ese sello propio que hace únicas a muchas de nuestras ciudades. Y todo ha sido y está siendo por el dinero fácil, el motor que mejor arranca siempre y que peores efectos provoca a medio plazo. Es insoportable lograr un hueco para tomar una foto en la Fontana de Trevi en Roma, como al pasear por las calles de Venecia se aprecian reacciones claramente hostiles contra los turistas. Gente que está harta. ¿Pero qué me dicen del barrio de Santa Cruz de Sevilla, del entorno de la Mezquita de Córdoba o del Paseo de los Tristes de Granada? Es probable que al turismo de consumo le importe poco que haya romanos, venecianos, sevillanos, cordobeses y granadinos en los ejemplos que hemos citado. En su concepto de experiencia no entra eso. Ni les venden eso, ni buscan eso. Les basta con la foto y con comer barato. Pero mientras, las ciudades se están jugando mucho, nada menos que sus opciones de futuro, el mantenimiento de las características que precisamente las han llevado a ser destinos de interés. La otra caída de Roma es la de la despoblación de su centro histórico. Cuando Roma entra en decadencia plena, las demás ciudades van detrás. Venecia no era una excepción. Era el aviso. Pero unos recaudan (aviones y hoteles) y otros se apuntan como un éxito las cifras que les vienen dadas (los políticos que están de paso).

stats