Las nucleares

Confabulario

Parece que Alemania se prepara para la reapertura o la instalación de pequeñas centrales nucleares, tras su decidida política antinuclear, hija de la Guerra Fría. También el señor Trump quiere suministrar energía nuclear a las grandes centrales de datos, cuyo consumo energético es muy alto. Esto mismo –la instalación de pequeñas plantas nucleares– ya lo plantearon Japón, China y Gran Bretaña, a consecuencia de las recientes crisis de abastecimiento. Según The Telegraph, citando fuentes europeas, el apagón de abril fue consecuencia de un experimento gubernamental, para comprobar el alcance y la resistencia de las renovables, ante el próximo cierre de las nucleares. A lo cual el Gobierno no ha respondido nada. Nada que aclare el origen de dicho fallo.

Uno de los grandes misterios del XX-XXI –un misterio de profunda y acendrada visceralidad– es por qué, para luchar contra el cambio climático, se ha procedido al desmantelamiento de una energía limpia y segura como la nuclear, y se ha incrementado la quema de combustibles fósiles, cuyas víctimas directas anuales se cuentan, oficialmente, por millones. La investigadora escocesa Hannah Ritchie señalaba hace poco un hecho determinante: entre las energías limpias (renovables, eléctricas, nucleares...), las renovables han empezado a ser las más baratas, de modo que las nucleares pasan a una posición secundaria; y acaso en un futuro próximo, marginal o inexistente. A ello se añadiría la probable viabilidad de la energía de fusión nuclear, el hidrógeno verde, el almacenamiento de la electricidad y otros asuntos que cambiarían favorable y radicalmente los problemas generados por la quema de combustibles. En este proceso, como recuerda Ritchie (lean su imprescindible y documentado El mundo no se acaba, en Anagrama), la energía nuclear es un apoyo secundario, fiable y todavía importante. El obstáculo es, ineludiblemente, otro. Y ese otro, como sabemos, tiene su origen en las energías fósiles.

Parece, pues, que lo oportuno sería sustituir dichos combustibles con energía nuclear, mientras se llega a un perfeccionamiento de las energías limpias (entre las que se incluyen, repito, las nucleares). Según Ritchie, no estamos lejos de un mundo con energías limpias y baratas, que beneficiarán, en muy primer término, a los países pobres.

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