Muertos por hambre

El pasado fin de semana el ejército israelí cometió otro asesinato vergonzante, un acto más en el genocidio que está llevando a cabo contra los palestinos de Gaza. Setenta y tres personas murieron por los ataques del ejército israelí cuando iban a recoger comida. Israel está empleando el hambre como arma de destrucción contra la población gazatí. Es una matanza en toda regla. Netanyahu y su Gobierno anuncian dónde van a repartir comida y cuando los gazatíes acuden a recogerla, los masacran. El objetivo es acabar con la población palestina de la franja. Mientras tanto los gobiernos del resto del mundo marean la perdiz. Es como si el sufrimiento del pueblo judío en Alemania le concediera patente de corso para matar inocentes. Contradicciones de la historia.

Como cada vez que tiene lugar una matanza de este tipo, los portavoces del ejército genocida informaron de que se ha abierto una investigación, investigación que no conducirá a nada. Desde el lugar del ataque llegaron imágenes de víctimas, muertos y heridos, siendo evacuados en carros tirados por burros, en coches o en bicicletas. Dentro y fuera de los hospitales se apilaron decenas de cadáveres. Muertos por el hambre.

Paralelamente, la desnutrición está causando estragos entre la población palestina. Hasta 76 niños y 10 adultos han muerto por desnutrición desde el inicio de la guerra, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, que calificó ayer el dato de “masacre silenciosa”. La vida de hasta 600.000 niños menores de 10 años corre peligro debido a la desnutrición. El Estado judío lleva meses empleando el hambre como arma de guerra y la Franja “está experimentando las peores etapas de la hambruna, alcanzando niveles catastróficos, en medio de un silencio internacional sin precedentes”, denuncia el ministerio.

Uno de cada diez niños examinados por UNRWA sufre desnutrición. Médicos sin Fronteras denuncia también la desnutrición infantil. Naciones Unidas asegura que dispone de comida almacenada para toda la población de Gaza durante un periodo superior a tres meses pero que el bloqueo israelí impide su llegada y reparto. Es una vergüenza la situación. Es sangrante que permitamos en directo y ante nuestros ojos semejante genocidio. No estamos haciendo nada. Nuestros gobiernos callan y nosotros apenas protestamos. La muerte y la barbarie van ganando la batalla. ¿Hasta cuándo?