
La firma
Antonio Fernández Jurado
“Y tú, más”
Comienza mayo, “florido y hermoso”, como dice esa letrilla que califica maravillosamente al mes que nace. Y en verdad que en esta ocasión se nos presenta ya luminoso, con ese sol que hemos notado de menos durante los últimos meses, incluyendo el nacimiento de la primavera. Tras una Semana Santa en que los pantanos continuaron llenándose de agua, para contento y seguridad de futuro, nos anuncian esperanzadoramente un tiempo mejor y más estable. Que así sea.
Para esta estación del año, que ya va cuesta abajo, Huelva renace a la alegría de sus tradiciones y las romerías, los pregones, la preparación de ese gran Rocío que llevamos en el corazón y las múltiples actividades, que se anuncian en nuestra ciudad, en materia cultural, nos hace sentir una renovada vida que vuelve cada año en esta época.
La sombra del luto por la muerte del Papa sigue atenazando nuestro espíritu. El buen Pastor se fue a la casa del Padre y todas las campanas del mundo católico lloraron su marcha pidiendo oraciones. La cabeza visible de la Iglesia marcó una senda recta y clara en un mundo lleno de controversias. Francisco, jesuita y argentino, nos legó un testamento lleno de esperanzas. El Papa de los pobres y defensor de los que sufren las migraciones será una eterna luz para no olvidar nuestros deberes con los más desafortunados. Desde Villanueva y El Almendro se dio, con la Resurrección, el toque se salida romero en la provincia, y en la Peña, en la Puebla de Guzmán, la tradición se elevó al cielo en lo alto del Cerro del Águila. La provincia de Huelva vuelve a las fiestas en honor de la Virgen, que se hace romera por todos los caminos de la devoción andaluza. La primavera está en todo su esplendor y vivimos, por la gracia de Dios, un mes lleno de evocaciones marianas.
Día primero de mayo, con fiesta laboral. Día 2, con recuerdos históricos en la valentía del pueblo español cuando supo defenderse en aquella lucha que a principios del XIX nació con fuerza en los corazones de todos los españoles, frente a la invasión de quienes pretendían romper nuestra independencia. Hoy sólo queda el recuerdo escrito en la piedra y en los monumentos, como esa losa, en una de las fachadas de nuestra Catedral, que nos trae a la memoria lo que los onubenses quisieron, un día como hoy, recordar a principios del siglo pasado. Mayo es alegría de danzas y canciones que se pierden en los siglos, con aquellas danzas mayas que hicieron historia en tiempos muy pasados. Después de una Semana Santa, sentida y grandiosa, Huelva se ha despertado al sonido de un tamboril y una flauta, que dice que por la marisma una brisa ancestral se acerca junto al caminar de carretas, bailes populares y brindis fecundos al calor de la tierra onubense.
Comprenderá el lector que mayo es un mes hermoso. El mes de María que llena nuestras devociones con rezos de rosarios floridos en nuestros labios, en honor de la Madre. Mayo, eres sublime Primavera.
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