
Juan M. Marqués Perales
Sánchez, con razón pero de modo temerario
Crónicas levantiscas
Las cloacas emergieron a la superficie cuando cinco torpes intrusos fueron cazados mientras colocaban micrófonos en la sede del Partido Demócrata de Estados Unidos, situada en el edificio Watergate. El entonces presidente Richard Nixon, republicano, tenía contratado a una pandilla de fontaneros para que evitasen filtraciones periodísticas como la de los Papeles del Pentágono, que revelaba que Estados Unidos estaba perdiendo la guerra de Vietnam, pero el presidente amplió las funciones de sus chicos y los puso a trabajar con muy malas artes contra todos aquellos que supusieran un obstáculo, incluido el partido de la competencia.
El caso de Leire Díez es el de una fontanera clásica que buscaba porquería contra los contrincantes del PSOE, aunque fue un paso más allá cuando intentó acabar con la carrera de algunos fiscales y de mandos de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil. En Sevilla se preocupó mucho, por ejemplo, de la juez Mercedes Alaya. Lo que aún se desconoce es si sus operaciones más atrevidas también venían respaldadas por Ferraz o formaban parte de su voluntarismo. El PSOE no ha dado las explicaciones que merece un caso tan grave que está protagonizado por uno de los selectos miembros de la pandillita basura que acompañó a Pedro Sánchez en su reconquista de Ferraz. Allí estaban también Koldo y José Luis Ábalos, el que se llevó a Leire a Madrid.
El mayor caso de fontanería, sin embargo, se vivió en España durante el mandado de Jorge Fernández Díaz, ministro de Interior de Rajoy. Quien fuese su segundo en el mando, Francisco Martínez, secretario de Estado de Seguridad, montó un operativo alegal formado por más de 60 agentes para entrar en la casa de Luis Bárcenas y robarle los papeles con los que pudiera implicar al PP. Este caso, bautizado como Kitchen, se juzgará en la primavera de 2026, aunque Francisco Martínez ha sido enviado esta misma semana a la cárcel por asociarse con un hacker, Alcasec, para extraer datos de empresas públicas, eléctricas y de seguridad. No ha sido Kitchen el único caso de fontanería en el que estuvo implicado el Ministerio de Jorge Fernández, los papeles falsos que se imprimieron en forma de investigaciones contra Pablo Iglesias y Xavier Trías salieron de los mismos hornos donde trabajaban plomeros de libro como el ex comisario Villarejo.
Algunas de las actuaciones de Leire son un puro disparate y hasta es posible que fueran fruto de su hiperventilación, pero una de las características históricas de todos estos fontaneros ha sido su falta de profesionalidad, así que no den nada por descartado. Nada.
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