Una juerga

Quizás

23 de mayo 2025 - 03:05

En un mundo que se desmorona, ¡por fin tenemos una buena noticia que contar! Ha terminado por este año el Festival de Eurovisión. Tras la gala en la que por un ajustado margen ganó el país natal de Hitler al que hoy lamentablemente gobierna el genocida Netanyahu; siguieron las habituales polémicas sobre la idoneidad y limpieza del llamado voto popular; solo quedaba, por tanto, encontrar al responsable del desastre que supone quedar en vigésimo cuarta posición. Pero eso en nuestra querida España nunca es un problema, somos muy buenos echando culpas: para unos el culpable es Sánchez directamente, ya que no consta relación alguna de su mujer con ningún miembro del jurado de Letonia, aunque el juez Pintado quizás llame a declarar a una de las presentadoras que lució un corte de pelo con similitudes al de Begoña Gómez. Para el resto de la ciudadanía les es indiferente. Ahora la actualidad diaria se encargará de pasar página y la entusiasta Melody se hartará de cantar su canción en multitud de conciertos este verano.

Coincidiendo con el certamen, una serie de tres episodios producida y programada por Movistar Plus titulada La Canción, recrea como Massiel ganó por primera vez el Festival para España siguiendo las órdenes que dio Franco a Fraga, y cito textualmente, “porque a su mujer Carmen le gustaba el festival ese en el que hablaban en inglés y francés”. Y se ganó. Los nostálgicos de aquel nefasto régimen dirán que fue porque no había voto popular, ese demonio que todo lo complica. Ahora el certamen es una fiesta que en nada se parece a lo que comenzó siendo una encorsetada competencia musical en la que actuar descalzos era subversivo. Hoy en día prima el ofrecer puestas de escena, luces y pantallas gigantescas, que epaten al personal. Más que un festival musical, ahora es un evento de “performances”, una juerga de actitudes desinhibidas, festivas y alegres para disfrutar bailando, comentando y jugando. Lo dijo Dylan Los tiempos están cambiando. No sé yo si a Doña Carmen le gustaría hoy el festival tanto como le gustó en su día. Pero de lo que estoy seguro es que la canción que nos representó le hubiese emocionado más que la que al final resultó ganadora. Francia obtuvo cero puntos en la votación popular; el jurado profesional español dio cero puntos a Israel, que sin embargo tuvo el máximo por parte del voto popular español. Total, un lío inexplicable, una audiencia descomunal y el año que viene más cachondeo. Eurovisión no es para tristes, ni intensos. Es algo mucho más serio: una juerga entre amigos.

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