La otra orilla

JAVIER RODRÍGUEZ

La ilegal

El puente sifón es transitado como única vía intermodal que conecta la capital con otros municipios

Hace unos días cerraron el conocido Puente Sifón, el viejo puente que unía Huelva Capital con Corrales, Aljaraque, Punta Umbría… Unas obras lo mantendrán así varios meses. El tema es que este puente es transitado por la única vía intermodal que conecta la capital con esos municipios, lo cual provoca que, a diario, las personas que eligen hacer ese recorrido en bicicleta, patinete, andando… para acudir a sus trabajos o por el motivo que sea, tienen que buscar otra alternativa para hacerlo y una de las afectadas por ese corte de circulación eligió venir por el conocido como 'Puente de Punta Umbría'. El grandote ese que serpentea atravesando la Ría con sus dos carriles para cada sentido de la circulación. El problema es que ese puente tiene prohibida la circulación a bicicletas, patinetes, peatones… y, al ver que no debió comprender las señales que a la entrada del mismo así lo indican, los agentes del orden se lo quisieron hacer saber a viva voz, "mire usted, buena señora, que este puente no está destinado para el tránsito de personas sin motor, que sólo pueden recorrerlo a lomos de sus vehículos, ya sean diésel, gasolina o eléctricos". Como la señora no se avino a las razones que, amablemente, le indicaban, se vieron obligados a detenerla.

Yo pensé, al ver la noticia en este mismo periódico que, efectivamente, al cerrar el puente por el que transitaba esta mujer y muchas otras personas, sin ofrecerles alternativa más que la de buscarse un vehículo a motor que, puede que no puedan sufragarse o que no quieran montar, obligaban a estas personas o bien a suspender sus respectivas actividades o bien a cometer la 'ilegalidad' que cometió la protagonista de la noticia.

Y recordé aquellas charlas de hace años, que nos daban los expertos en Extranjería y Derechos Humanos, en las que nos explicaban que, para la gran mayoría de los que se tenían que desplazar desde sus sitios de origen a nuestra Europa, huyendo del hambre, las guerras, las dictaduras, la falta de futuro… la única opción que se les dejaba eran vías que les condenaban a la 'irregularidad' y que, estas vías, cada vez iban a ser más peligrosas. Pensé que la anécdota de esta mujer nos podía hacer comprender mejor esa situación. Todavía habrá quien diga que 'la ley es la ley' pero, cuando se reducen las alternativas, estamos obligando a las personas no sólo a incumplirla, también a poner en peligro su propia vida.

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