El arengario

olga Guerrero Chamero

Las huellas de las cofradías. El Resucitado

SE preguntarán ustedes cómo dedico este artículo a una hermandad de tan reciente creación. Sabrán que la Hermandad del Santísimo Cristo Resucitado y María Santísima de la Luz es la más benjamina de nuestras hermandades. Se fundó en el año 2003, teniendo su sede canónica en la parroquia de Nuestra Señora del Pilar, aunque se creó en Verdeluz y en la actualidad, comparte vecindario con la populosa hermandad del Cautivo.

Es verdad que no posee aún una gran evolución histórica y su huella en la parroquia apenas se traduce en un modesto altar de madera junto al ábside de la iglesia en el lado del evangelio, que cobija a sus dos titulares. Habrá que esperar algún tiempo, no demasiado, lo digo, por el reconocimiento y la trayectoria profesional que está obteniendo el escultor Elias Rodríguez Picón, autor de las dos imágenes de los titulares de la cofradía, para que obtengan esa huella histórica, que tienen otras imágenes de nuestra Semana Santa realizadas por imagineros de prestigio. Recuerden, de sobra es conocido el caso de la Virgen de la Victoria y de su autor, un por entonces jovencísimo Luis Álvarez Duarte. Van despacio, pero con paso firme y decidido. Siguiendo el camino que parece imprimirse en las más recientes cofradías onubenses en relación a la adquisición de su patrimonio.

Reparen ustedes en la firme mirada y en el esbozo de sonrisa que asoma en la cara del Cristo Resucitado, en la que se fijan nuestros infantes haciendo la delicia de los niños, junto con su posición sobre una nube, hecho que les llama poderosamente la atención, quizás por todo ello va camino de convertirse en otra de las cofradías preferidas de nuestros chiquillos No estaría mal, de domingo a domingo, de inicio a cierre cofradías al gusto de los futuros cofrades.

No obstante, la huella más importante de la Hermandad del Resucitado es que con su creación se cierra el ciclo en la celebración de nuestra Semana Mayor. Se completa el ciclo litúrgico de la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Valentía en decidirse por representar la Resurrección de Cristo tras salir del sepulcro, que además nos ha proporcionado otro día más para ver procesiones, poniendo un magnífico broche a nuestra Semana Santa.

Valentía y huella histórica la que realizó recientemente, en el frustrado por la lluvia, acto de celebración de la fe que habían de realizar todas nuestras hermandades en la céntrica plaza de las Monjas. Recuerdan… fue aquel aciago día en que esta hermandad realizó su primera llegada al centro, cobijándose en la señera iglesia de la Concepción, cumpliendo un anhelo tan esperado, (todo ello a base de tesón y determinación de sus hermanos y su capataz). La expectación fue total y puso la nota dulce a aquel amargo día. Se lo demostramos con un clamor de palmas a la salida del templo camino de vuelta a casa, transitar en la que nunca se encontró sola. ¿Cuánto habremos de esperar para volver a verlo y puedan realizar estación de penitencia como el resto de las Hermandades? ¿Se imaginan celebrar la misa de resurrección en la iglesia de la Concepción o en la Catedral? Sería el broche de oro para la celebración litúrgica que manifestamos los cofrades en la calle. Esperaremos, tenemos paciencia y su junta de gobierno buen hacer y un firme propósito.

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