Se ha desencadenado una especie de doctrina o conducta iconoclasta (selectiva, eso sí) para decapitar, pintar, destrozar, derribar o retirar estatuas. Ha llegado el turno de Cristóbal Colón. Podemos ha decidido contribuir al clima de crispación que se vive en Estados Unidos por las protestas antirracistas tras la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un agente de policía para animar a retirar todos los símbolos del descubridor porque "sacaba sus fortunas del tráfico de esclavos".

Vaya por delante (aunque no sea el momento) mi repulsa al racismo y xenofobia en cualquiera de sus modalidades, pero también a la manipulación mediática en torno a un personaje que ha sido esencial en la historia de EEUU, España y, por la parte que nos toca, Huelva. ¿Cómo se puede utilizar su imagen bajo las acusaciones de genocida para justificar acciones que tuvieron lugar un siglo después de su muerte?

Colón se ha convertido en el chivo expiatorio para los que intentan reescribir la historia. La señora Teresa Rodríguez cree que a Colón lo tenemos que quitar del medio "por respeto a personas de otras razas que han sido víctimas de esto en otras épocas". Pues perdóneme pero no sé qué tiene que ver el tocino con la velocidad. Imputar a este personaje de algo que tiene que ver con la esclavitud o racismo contemporáneo no es para mí sino un auténtico ejemplo de barbarie y cinismo. Y por si no lo sabe, señora Rodríguez, en Huelva lo consideramos parte de esta provincia que se siente orgullosa de lo que supuso en el encuentro entre dos mundos.

Es una sandez sacar ahora a Colón en medio de los disturbios americanos. Después de él y el resto de descubridores nada volvió a ser igual y eso le da un lugar en la historia, con su legado cultural, social, lingüístico y demográfico. Es absurdo sacar de contexto los hechos y querer dar la vuelta a las cosas, una actitud cada vez más peligrosa, más si el mensaje llega a un colectivo que no ha repasado la Historia en las aulas.

Para quien no lo sepa (aquí en Huelva son muy pocos) la imagen de la Punta del Sebo fue una donación de suscripción popular, un símbolo de paz, de fraternidad y de hermandad. Sin embargo, en estos momentos se quiere utilizar, se intenta tergiversar su valor y, al fin y al cabo, buscar de nuevo un arma arrojadiza.

No cuenten conmigo, defenderé esta tierra siempre y lo que Colón supone para todos nosotros. Y por cierto, señores de Podemos, yo sí tengo mucho que celebrar el 3 de agosto y el 12 de octubre, también.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios