Demolición

La Flotilla de la Libertad fue asaltada en aguas internacionales, secuestrados sus tripulantes y deportados sobre la marcha. Sin que la comunidad internacional hay dicho esta boca es mía. No ha sorprendido a nadie, por otra parte: creo que todos sabíamos que no llegarían a Gaza. La legalidad internacional ha saltado por los aires, y sólo queda recoger los cascotes. Lo de Ucrania se estudiará también en los libros de Historia: un país cuyas tierras fértiles han pasado a manos de grandes fondos de inversión, y cuya reconstrucción ya está negociada con esos mismos fondos. Y de paso está sirviendo para una suicida política de rearme europea, que terminará estallándonos en la cara.

Y la cosa va a ir a peor. Me temo. El miedo se ha hecho fuerte en el imaginario de las sociedades en el norte, que poco a poco van virando hacia políticas “defensivas”, que dejan fuera al inmigrante, al diferente, a la gente con recursos escasos… a todo el que no sea blanco heterosexual y de clase media. Y la paradoja: muchos que nos son ni blancos, ni heterosexuales ni de clase media están votando a esos dirigentes que prometen más fronteras, menos impuestos y más patria. Es decir: votando opciones políticas que los excluirán. La cosa, ya digo, irá a peor, porque las sociedades del norte están aprendiendo a odiar a los nuevos vecinos, a los que, por otra parte, necesitan.

Y ante esto no hay alternativas políticas. El comunismo es ya un reducto histórico, y los países que se autodefinen como tales tienen infiltrado el capitalismo en todo el sistema económico, con lo que sus prácticas son muy desconcertantes. La socialdemocracia, por su parte, no es capaz de generar nada en el largo plazo (como serían políticas de vivienda o banca pública o cosas de ese tipo) y se tiene que conformar, para conserva el poder, con cierto buenismo político, que no termina de impactar en las estructuras. Y así.

Me atrevería a decir que, hasta que las alternativas políticas no asuman que en las próximas décadas se van a seguir demoliendo los Derechos Humanos, la Legalidad Internacional y todo lo que se ha edificado tras la II Guerra mundial, hasta entonces, digo, no seremos capaces de articular un respuesta real. Y alternativa de verdad.

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