Sin rastro alguno de que se ha montado una carrera oficial, sin muestras de cera derramada, pareciendo que le han dado un buen flete, dejando impecables las recién estrenadas calles. Los atuendos cofrades que engalanaban el Consistorio ya se encuentran junto a los de Navidad, recogidos... tras haberlos secado previamente.

Me abunda el pensamiento constante en mi cabeza de que quizás dicha decoración hayan sido el cenizo de la trágica Semana Santa para los cofrades. Dos semanas iguales que ésta que hemos sufrido y meveo haciendo un comunicado y organizando un simulacro, acudiendo todos al punto de reunión por alerta de tsunami.

Me llega información, y así os la hago extensiva, que tras haberse asesorado el concejal de Cultura con nuestra Estrella de la Ilusión y embajadora, Laura Sánchez, están dándose las últimas puntadas a las cortinas de lunares con las que, imagino, adornará Nacho Molina el Consistorio toda la Gran Vía, y parte de la Plaza de las Monjas, dándole así de nuevo su toque. Esta vez un toque flamenco y rociero para que luzca como nunca con el paso de las hermandades de Emigrantes y Huelva.

Coincidiendo que esta semana ha sido el 57 cumpleaños de nuestra querida alcaldesa Pilar Miranda, el equipo de gobierno, y gente de su círculo cercano, se presentaron en su despacho y le regalaron un maravilloso vestido de gitana para que lo estrene el miércoles y así despida elegante a la Hermandad de Emigrantes.

Pilar, locamente ilusionada, y sin saber cómo agradecerlo, ha tirado de recursos y ha improvisado. Viendo cómo se lo están pasando los 10.000 portugueses en Punta Umbría, no ha dudado en tirar de agenda y le ha hecho una llamada a José Carlos Hernández Cansino, alcalde puntaumbrieño. Le ha pedido celebrar su cumpleaños como si de una adolescente portuguesa más se tratase, sin limitaciones de ningún tipo, ni de mariscos ni de decibelios… y ha invitado a todos dicho sarao.

Me consta que hay una reserva para un número importante de personas en el conocido bar de Punta Los Caracoles. Pese a ponérselo como requisito a Cansino, el Barceló es territorio luso y resulta misión imposible. Cansino, ni corto ni perezoso, le ha cerrado para disfrute de ella, y de todos los invitados, un complejo de apartamentos cercano.

Un consejo de vuestro Chungaleta a todos los invitados: “Nochecitas alegres, mañanitas tristes, ¡buenaaayyy!”.