Corpus de esperanza

Día grande en la celebración eucarística. ¡Cantemos al Señor…! Dios está aquí. ¡Cuántos momentos se nos vienen a la memoria al recordar las celebraciones del Corpus en Huelva!

Siempre era un jueves maravilloso. Un día del año litúrgico que esperábamos impacientes en la belleza de una fecha única en nuestra religión católica, para ver, con el suelo cubierto de aromas juncias y la rodilla en tierra, pasar la Custodia solemne autentificando nuestra fe.

A este Corpus le llamaremos siempre de la Esperanza, en recuerdo al Año Jubilar, título que un día le diera el Papa Francisco, y también en nuestra alegría onubense, porque en la celebración del XXV Aniversario de la Coronación de la Virgen de la Esperanza, Ella saldrá en procesión extraordinaria por las calles de Huelva, en un sábado glorioso para nuestra querida Hermandad, reflejo devocional del Miércoles Santo.

Nuestro cariño a la antigua hermandad de San Francisco, como siempre le hemos llamado, es muy especial, quizá porque hemos vivido paso a paso con ella sus días tristes de tribulaciones, sus cambios de templo, su alegría al tener una capilla propia, sus múltiples y variados actos litúrgicos, culturales, musicales, de exaltación popular y de manifestación multitudinaria cuando la Esperanza está en la calle en su paso de palio, con manto de reina y corona de cielo.

También es día oración en memoria de tantos hermanos que dieron su amor a sus sagrados titulares, amigos del alma, como Bienvenido González, Juan Manuel, Juan Andivia, Braulio Lérida, y de felicitación a quienes han logrado hacer realidad este homenaje ahora, como Manolo Mora, Jacinto Cruz, y toda la Junta de Gobierno de la Cofradía. Particularmente, en la alegría familiar, a mi tío Juan Oliveira Chardenal, Hermano Mayor a principios del siglo XX, siendo concejal del ayuntamiento, quien a través de su esposa me inculcó el amor al Cristo de la Expiración y a la Virgen del Mayor Dolor, en la llegada de un título que hoy es Esperanza de nuestras devocionales cofrades.

Corpus de la esperanza. Huelva rendida a los pies de Dios presente en la Eucaristía y en el amor a su Madre que, en el cariño de Huelva, prepara su salida en pocas horas para dejarnos, como lo hizo su Hijo en la Cruz, el más bello mensaje de esperanza en la eterna salvación.