Juanma G. Anes
Tú, yo, Caín y Abel
Los afanes
Sería absurdo pensar que simplemente estamos cambiando, que se está transformando la sociedad. Sería absurdo discurrirlo, pero es lícito hacerlo. Sería igualmente ilógico centrarnos en las batallas ideológicas de la derecha y de la izquierda, de la monarquía, de la república. Todo es tan incongruente, demencial y disparatado que hasta nos lo creemos. Y actuamos en consecuencia de esas creencias, de esos razonamientos que vamos asimilando poco a poco pero que permanecen en nuestra conciencia. Y acabamos defendiendo cada una de esas acciones, de esos planteamientos. Todos con base ideológica.
Pero esta transformación no solo se sustenta en la ideología, está fundamentada en la ignorancia o, lo que es lo mismo, en creer y en defender aquello que quieren que creamos y defendamos. Si querían cambiar la sociedad, sabían que abiertamente era imposible, el rechazo que motivan los cambios impide su ejecución. Pero tienen otras vías, las que nos aplican.
Veamos, ellos han creado un problema (o varios, generalmente suelen crear problemas diferentes para confundir más, para tenernos más ocupados). Una vez creado ese problema se le cuenta a la gente la versión de ellos de ese problema, la que quieren que creamos, solo nos ofrecen una versión para hacerla mucho más asimilable.
Una vez han creado el problema, procuran que los medios de comunicación defiendan también la versión que ellos dan. Aquí juega un papel muy importante las subvenciones que reciben los medios, que impiden que exista el verdadero periodismo, el periodismo de investigación. Ya han conseguido crear el problema, han logrado ofrecernos su versión de ese problema, y han sido capaces de hacer que los medios de comunicación defiendan y divulguen la versión que ellos otorgan. Y a partir de aquí los ciudadanos reaccionan engañados y exigen soluciones, pero soluciones ante un falso problema y ante una falsa versión de ese problema.
La sociedad cambia cuando ellos ofrecen soluciones ante ese problema, cuando ellos ofrecen soluciones fundamentadas en las versiones que han manifestado. Las soluciones ya estaban preparadas desde que se creó el problema. La versión que hemos recibido, también.
Y, sí, está cambiando la sociedad. Somos cada día un poco más ignorantes, estamos menos educados, leemos menos, y pensamos cada vez menos por nuestra propia cuenta. Porque las versiones que nos dan, a pesar de ser falsas, son creíbles por nuestra ignorancia. Escribía Epicuro "El justo no está sometido a turbación, en cambio el injusto rebosa de grandísima turbación".
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