fila siete

Vicente

De boda

12 de mayo 2013 - 01:00

La proyección estos días de la película La gran boda (2013), que no es el mejor ejemplo en el cine de enlaces matrimoniales y que de inmediato nos recuerda dos films más o menos recientes (Los padres de ella (2000) y Los padres de él (2004)), nos sugiere la vigencia de un tema muy recurrente en el cine: las bodas. Habría que remontarse a viejos tiempos cinematográficos para encontrar ejemplos que de una manera más o menos directa trataran tan sugerente argumento. No pretendo irme demasiado lejos pero hay un referente notable que los más veteranos recordarán en seguida. El padre de la novia (1950), comedia inefable de Vicente Minnelli protagonizada por los inolvidables Spencer Tracy y Elizabeth Taylor. Hubo una versión posterior, 1991, donde el protagonismo de Steve Martin le daba a la historia un tono más histriónico y grotesco.

Boda romántica y notable es la que protagonizaban en Gigante (1956) Elizabeth Taylor y Rock Hudson y deslumbrante por tantos conceptos la de El padrino (1972), de Francis Ford Coppola. Pero si hemos de recordar casamientos esplendorosos en el cine podríamos rememorar Un día de boda (1978), de Robert Altman; La boda de Muriel (1994), la deliciosa película australiana de P. J. Hogan con una espléndida interpretación de Toni Colette; El hijo de la novia (2001), del argentino Juan José Campanella. Pero también La boda del monzón (2001), de la hindú Mira Nair; Mi gran boda griega (2002), de Joel Zwick, con un magnífico guión de su protagonista, Nia Vardalos; Cuatro bodas y un funeral (1993), impagable comedia de Mike Newell, de quien acabamos de ver una magnífica versión de Grandes esperanzas (2012), la famosa novela de Charles Dickens, y sobre todo la singular La novia cadáver (2005), delirante y asombrosa visión matrimonial en dibujos animados de Tim Burton.

Pero la lista de bodorrios cinematográficos es interminable. Recordemos, por orden cronológico, la autentica avalancha de cine de bodas que nos ha llegado en los últimos tiempos: La boda de mi mejor amigo (1997); In & out (1997), que concluía con una boda; Las fuerzas de la Naturaleza (1999), con una pareja estelar Sandra Bullock y Ben Affleck enfrentados a varios percances meteorológicos que pueden impedir la boda del personaje que interpreta el actor; Novia a la fuga (1999), de Garry Marshall con la pareja que había triunfado en Pretty Woman (1990), Julia Roberts y Richard Gere; El mejor amigo del novio (2000); Planes de boda (2001) y Bodas y prejuicios (2004), curiosa adaptación, de las muchas que se han hecho de la novela de Jane Austen Orgullo y prejuicio (1813), cuyas versiones, incluidas las series de televisión, añadiríamos a la lista.

Siguiendo con ella anotemos El día de la boda (2005), De boda en boda (2005), en la que dos abogados matrimonialistas amigos, interpretados por Owen Wilson y Vince Vauhgn, acostumbran a colarse en las bodas; Los amigos del novio (2006), Hasta que el cura nos separe (2007), uno de las películas más infumables sobre el tema; Margot y la boda (2007), protagonizada por Nicole Kidman, un cuento moral en la tradición de Eric Rohmer; La boda de mi novia (2008), 27 vestidos (2008), En la boda de mi hermana (2010), La boda de mi mejor amiga (2011) y Arthur, el soltero de oro (2011), penoso remake de la primera versión que se hiciera en 1981. Pero es seguro que hay más títulos en los que una boda es asunto más o menos transcendental. A más de un lector se le ocurrirán.

QUIROGA

stats