
Voces nuevas
María Fernández
Montoya y ‘la gambita’ de Huelva
Voces nuevas
Todo tiene un principio y un final, aunque a veces nos resistamos a creerlo. Aunque soñemos con la eternidad y los “para siempre” nos alienten, lo cierto es que los días van pasando, las situaciones nos van cambiando y nada se mantiene inalterable. La huella del tiempo nos va moldeando y va construyendo nuevas versiones de nosotros mismos con las que aprendemos a mirar el mundo y a actuar en él en consecuencia. Lo único que no se pierde nunca es la esencia, aquello que nos hace diferentes, el motor central de la maquinaria que nos mantiene vivos. Ese “corazón” puede mutar, a veces pasar por el taller e incluso llegar a fundirse si se castiga en exceso. Pero tarde o temprano, mientras siga latiendo, terminará encendiéndose e iluminando aún con más fuerza.
Por eso, siempre he pensado que hay que estar donde el eje central de nuestra “máquina” nos impulse a ser mejores, donde nos inspiren, donde nos sintamos en paz y nos brinden la oportunidad de seguir avanzando, en el más amplio sentido de la palabra. Y digo amplio, porque a veces avanzar también es parar. A veces crecer significa dar un paso atrás para coger impulso. A veces cambiar es tan necesario como el aire que entra en nuestros pulmones. Y cada paso que damos nos guía hacia aquello que realmente necesitamos, aunque asuste, aunque cruzar el umbral de la rutina dé miedo y paralice.
Soy joven, pero sé bien lo que es cambiar de rumbo tantas veces como la vida te lo muestre con los sentimientos y la vocación como únicos timones. Por eso, cuando una buena compañera que lleva más de dos décadas dedicadas a su profesión me contó que se marchaba, me alegré por ella. Una sonrisa en su cara hablaba por sí sola e intuí que la vida se abría camino para brindarle nuevas puertas que ahora, sin duda, tendría que abrir con una experiencia propia que solo ella atesora.
No voy a negar que la echaremos de menos, al igual que tampoco negaré mi extrañeza cuando me confesó que se bajaba de un barco al que ella misma me invitó a subir. Pero así es la vida, ¿no, Yayi? Y como tú me dijiste una vez, “hay que seguir con lo que venga. Siempre adelante”. La gerente de este periódico no solo ha llevado la camiseta de Huelva Información durante 26 años, sino que ha creado escuela, haciéndonos sentir a muchos, como yo, “afortunados por escribir historias y vivir de nuestra pasión”.
Ahora te toca escribir otro capítulo, aunque ya no será en este diario. Pero descuida que los que te queremos seguiremos recordando tu legado en cada portada, en cada noticia, en cada logro. Porque siempre fuiste, eres y serás inspiración, luz y faro.
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