Quiero pensar que, aunque gran parte de la sociedad está en una especie de trance anestésico, la gente será más consciente de que al nefasto 2020 - año récord de la propaganda política - no le va a seguir un 2021 virtuoso. De hecho, no hemos hecho más que comenzarlo y ya hemos visto como han sido los acontecimientos en EEUU, país referente de las libertades democráticas, donde la polarización política e ideológica han llevado a la demostración de las debilidades de la democracia frente a la demagogia y los populismos y menos aún, en aquel país, con muertos desgraciadamente. Aunque cierto es no son muchos los que en condiciones de "lanzar la primera piedra" sobre el tema y en el que nuestro país, también está incluido.

Y es que aquí, nos movemos entre el desastre gestor no solo de la pandemia, la huida de responsabilidades preconizando una falaz cogobernanza y un estado de alarma sustentado por la minimización de la rendición de cuentas en las Instituciones y el oscurecimiento de las respuestas ante el Consejo de Transparencia, sin entrar a fondo en el uso de la pandemia como coartada para poner el BOE al rojo vivo de tantos Decretos - Leyes, relacionados con la organización, la estructura y el día a día de la vida del país y sus Instituciones fundamentales. Unos ya ejecutados y otros en proyecto, no siempre constitucionales, igualitarios o solidarios, sean de índole territorial, financiadores, competenciales… Jefatura del Estado, incluida.

Estamos, pues, entre esto y la ética, tanto gubernamental como individual. Y es que como Max Weber afirmaba: "la ética de la responsabilidad está por encima de la propia convicción". Así que señor Illa, filósofo, conocedor de los principios de la ética y, quizás, de los pocos gobernantes que conozcan a M. Weber, aplíquese el cuento y no ideologice el proceso de vacunación que es urgente, lo de "velocidad de crucero" es puro eufemismo porque hay que vacunar a mucho s en el menor tiempo posible y, en consecuencia, por los "tiquismiquis" del independentismo y la izquierda radical no se puede, éticamente, negar la colaboración del Ejército y la Sanidad privada. Esta es responsabilidad estatal y usted es el ¿ministro o candidato?, este es su dilema ético pues no quiere arriesgar su subsistencia política, mientras crecen los contagios, aumenta el riesgo de colapsos hospitalarios… y usted advierte que "esperan semanas duras" pero no activa todos los recursos posibles, lo cual, es incoherente. En resumen y sin querer obviar la realidad: 2021, seguirá siendo un año duro, en casi todo.

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