Agosto intenso

Crónica personal

31 de julio 2025 - 03:06

Es otro. Le ha encontrado el pulso a la política nacional después de un año intenso en el que no ha parado tres días en Madrid, ha recorrido España de punta a punta y ha establecido trato personal con miembros del PP que no están en primera fila pero son los que “hacen partido”. Feijóo ha ganado peso, controla el PP y ha conseguido que los dirigentes regionales hayan formado un núcleo sólido.

Pasará el verano en Galicia, pero con la cabeza pendiente de la política. El lunes anunció a la dirección del partido que en septiembre presentará el proyecto que servirá de base para su programa electoral, y que incluirán los grandes temas de Estado, Defensa, Economía, Seguridad, Justicia, Política Exterior, Educación y Sanidad … con especial atención a los asuntos más cotidianos, desde la inmigración a la vivienda, pasando por la okupación o la seguridad ciudadana.

La inmigración la va a abordar sin complejos, sabiendo que desde la izquierda le acusarán de defender posiciones extremas como las de Vox. No le preocupa. Los inmigrantes no son delincuentes, pero existe un índice de delincuencia entre los inmigrantes que provocan alarma social.

Analiza Feijóo con su gente los aspectos más escandalosos de la corrupción para exigir responsabilidades. Como analiza también en profundidad el acercamiento a China y las consecuencias de llegar a acuerdos con Huawei. Consecuencias en el campo de la defensa y la seguridad. Puede producirse, si no se ha producido ya, una quiebra de la confianza de los servicios de información extranjeros hacia el CNI.

Feijóo es otro, pero la seguridad en sí mismo y en su partido que demuestra ahora mismo le obliga a tomar las decisiones propias de un líder de la oposición que aspira a gobernar: el partido no puede estar bajo sospecha, en ningún caso, y las relaciones con Vox deben quedar perfectamente definidas, sin engaños ni medias tintas. Infinidad de españoles jamás votarán al PP si creen que Feijóo, a pesar de lo dicho, está dispuesto a gobernar con Abascal con tal de echar a Sánchez de Moncloa. Ese toro tendrá que lidiarlo con inteligencia, porque además centrará las acusaciones del sanchismo, como hizo antes del 23-J y sigue haciendo.

Es el punto flaco de Feijóo. En alza, según los sondeos, desde que se emplea a fondo contra Sánchez. Pero la falta de concreción en algunas políticas, y las dudas respecto a Vox –que sube tanto en votantes como en rechazo insuperable– pueden desbaratar sus planes de conquistar La Moncloa.

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