Acción de gracias

Gracias a Mónica, Valle, Lola, Isabel, Lucía, María José, Milagros, Paqui, Manoli y Mari por seguir empeñadas en la evangelización del mundo obrero. Gracias a Lili por su paz. Gracias a Nieves por la hospitalidad y las cervezas. Gracias a Elena, luz de donde el sol la toma. Gracias a Cristina Almeida por aquella cena en Almería, en la que temí por mis testículos. Gracias a Bego, Ángela, Mati, Olivia, Encarni por vivir en comunidad en medio del mundanal ruido. Gracias a Evelina porque, mal que les pese a algunos, ya las cuerdas están rotas. Gracias a La Pasionaria por tanta lucha y tanta firmeza. Gracias a Rozalén por prestarme la brocha para pintar una puerta violeta en la pared.

Gracias a Gioconda por regalarme esas reglas de juego para poder amar a mujeres mujeres. Gracias a mi madre por su amor incondicional. Gracias a Carmen por mostrarme todos los micromachismos que me acompañan desde antes de nacer. Gracias a Mari Ángeles por quererme a pesar de tantas imperfecciones. Gracias, en fin, a tantas mujeres que me han hecho mejor persona, que me acompañan y me ayudan a desaprender tanta mierda aprendida.

Hoy quiero dar las gracias por la vida junto a ellas, por haberme convertido en feminista, porque gracias a ellas siento vergüenza de los Koldos, de los Ábalos, de los Miguel Ángel Rodríguez, de los Dani Alves, de los Monedero, de los Errejón, del Emérito, de todos los que cosifican a las mujeres, las poseen como trofeos y las convierten en mercancía sexual. Hoy quiero junto a ellas salir a la plaza y denunciar a los machistas, a los violadores, a los maltratadores, a los asesinos. Hoy quiero seguir deconstruyéndome, abandonar los tic que aún mantengo. Necesito seguir avanzando en la igualdad, en el saber que somos seres de la misma estatura…

Hemos avanzado, pero todavía queda tanto por hacer. Unámonos en un solo corazón y un solo grito. Salgamos a desterrar de este mundo el odio, la supremacía, el heteropatriarcado. No podemos dar ni un paso atrás. Gritemos contra lo constituido, contra el machismo rancio y fascista. Cantemos la nueva utopía que se avecina, el nuevo día que vendrá. Caminemos con la esperanza de que el futuro o es feminista o no será. Caminemos con la esperanza de que más pronto que tarde se abrirán las alamedas de la historia para que por ellas pasee la mujer libre.