An irish girl in Huelva York

Weather

Un verano irlandés consiste en un calor de 15o a 20o y sólo lluvia ligera; tenemos suerte si pasa una semana sin llover

El tiempo. Nos encanta hablar de ello. Es una buena forma de romper el hielo en una conversación. Incluso para una irlandesa como yo, el invierno pasado en Huelva fue frío y, como oí decir a algunos onubenses, inusualmente lluvioso. Al volver a Huelva en año nuevo, después de la Navidad en Irlanda, dormí con dos mantas. Mirando hoy por la ventana (o volviendo a casa del trabajo en jersey al mediodía) cuesta creer que hace poco más de tres meses estuviéramos en pleno invierno. Le costaría imaginar una Huelva fría a un visitante llegando hoy a la ciudad, seguramente buscando refugio del sol, sentado a la sombra bajo un cielo azul brillante. No quedarán rastro de los días lluviosos y las noches frías, pero los recordamos. Por eso hemos recibido la primavera con un suspiro de alivio... por ahora.

He sido debidamente avisada de los días de verano que pueden alcanzar los 40°. En invierno, desestimé los consejos de llevar bufanda y me reí de las preguntas de "¿dónde está tu paraguas?". "Claro, llueve, pero estoy acostumbrada", pensaba. Volví a reírme de las reacciones de los alumnos en el colegio cuando les dije que un verano irlandés consiste en un calor de 15 a 20° y sólo lluvia ligera, si tenemos suerte. Con el verano en el horizonte, he empezado a preocuparme por no ser yo quien se ría cuando llegue junio. Como digo, en Irlanda tenemos suerte si pasa una semana sin llover. Si alguna vez has ido a Irlanda en verano, ya sabrás cómo reaccionamos ante un día caluroso. La verdad es que no damos abasto. A 20°, nos vamos a la playa. A 25°, se pueden ver hombres con piel chamuscada andando por las calles sin camiseta. A 30°, las alertas meteorológicas aparecen en las noticias. Los anuncios de servicio público ruegan a la población que se ponga crema solar. E intentamos acordarnos de regar las plantas mientras disfrutamos del sol.

En cierto modo, tenemos suerte. Las frecuentes lluvias hacen que el paisaje irlandés sea bellamente verde. Aunque el cambio climático ha elevado nuestras temperaturas estivales a niveles nunca vistos, no compartimos el miedo de los países más cálidos a los incendios forestales o la sequía, y el clima de Irlanda sigue siendo comparativamente templado. Eso significa que apreciamos más el sol cuando está, y que nadie tiene que ponerse un traje para ir a trabajar con 40° de calor.

Mientras espero con impaciencia la llegada del verano en Huelva, confío en que la próxima vez que veas a un irlandés pálido quemándose en una playa española, en vez de apartar la mirada horrorizado, lo comprendas y quizás le ofrezcas un poco de aftersun. Lo va a necesitar.

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