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SÓLO han pasado dos días desde que la Virgen de Fátima volviera a Portugal. Sólo dos días y su ausencia entre los onubenses deja ese sentimiento agridulce en el que se entremezclan la alegría por la intensidad de los días vividos y el vacío que ahora se siente.
La estancia de la Virgen Peregrina en Huelva ha desbordado cualquier tipo de previsión; la parroquia de la Concepción, todos los días repleta de fieles, Huelva ha sido visitada por una infinidad de devotos de otros lugares, que querían postrarse ante la Virgen de Fátima, las puertas de la parroquia abiertas a horas que normalmente están cerradas… Todo ha sido un gozo para los que nos sentimos y vivimos en cristiano.
Cierto es también que muchos onubenses se han quejado de que se le ha dado poca difusión a tan importante evento. Ahí no me meto. La verdad es que durante la estancia de la Virgen Peregrina en la Concepción se han llevado a cabo unas espléndidas meditaciones, las cuales se han desarrollado en un horario un tanto raro, a pesar -así me lo han comentado- de que siempre han contado con un importante número de fieles ávidos por escuchar a los ponentes. La cruda realidad es que a las horas en las que han tenido lugar las meditaciones era complicado de que los estudiantes, jóvenes y trabajadores pudieran acudir. Por otro lado, la temática ha sido enriquecedora para preparar la Cuaresma que ahora comienza, pero se ha perdido una ocasión de oro para hablar con más ahínco de la Virgen. Charlas con un tinte más mariano. Se ha echado en falta alguna ponencia que tratara de la Virgen de Fátima, de la importancia que su devoción tiene para la cristiandad. La devoción a la Virgen de Fátima, como hemos podido comprobar, es Universal e incluso trasciende al propio cristianismo. En este sentido, Victtorio Messori, en su magnífica obra Hipótesis sobre María, dedica un capítulo a esta relevancia. Y es que se ama con más fuerza lo que bien se conoce y son muchas las personas, que con un corazón enorme, ven a la Virgen de Fátima como la protagonista junto con los tres pastorcitos, de aquellas películas en blanco y negro de otros tiempos.
No obstante, Huelva ha estado a la altura. La presencia de la Virgen Peregrina en Huelva, al final de año, la recordaremos como uno de los grandes acontecimientos vividos. Entre otros asuntos, este año, será recordado como el año que la Virgen Peregrina de Fátima estuvo en Huelva. Otra vez, la importancia de la Piedad Popular se ha puesto de relieve. Esa Piedad Popular que el Papa Francisco definió como "un tesoro que tiene la Iglesia", y que busca y trabaja para responder a las peticiones que el mismo Papa hizo en su homilía de la Jornada de la Piedad Popular en 2013; "autenticidad evangélica, eclesialidad y ardor misionero". Sí, la presencia de la Virgen de Fátima, ha puesto, otra vez, como en 1992, a Huelva en el centro de la devoción mariana. Sigo lamentándome que esta presencia no haya sido acompañada con ponencias sobre la Virgen en general y sobre la advocación de Fátima en particular.
En Huelva cuesta trabajo felicitar a alguien, pero ahora sí quiero felicitar a los promotores que han hecho posible que la Virgen Peregrina esté entre nosotros. Dios quiera que la próxima vez no tengamos que esperar tanto tiempo.
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