Vacaciones en África

Cines Artesiete Holea.- Producción: Estados Unidos, 2014.- T.O.: 'Blended'.- Duración: 117 minutos.- Dirección: Frank Coraci.- Guión: Ivan Menchell y Clare Sera.- Fotografía: Julio Macat.- Música: Rupert Gregson-Williams.- Montaje: Tom Constain.- Intérpretes: Adam Sandler, Drew Barrymore, Joel McHale, Wendi McLendon-Covey, Kevin Nealon, Jessica Lowe, Terry Crews, Bella Thorne, Lauren Lapkus, Alyvia Alyn Lind, Anna Colwell

En lo que entonces, como ahora, se nos anuncia tal que una comedia romántica, ya tuvimos a estos mismos protagonistas, Adam Sandler y Drew Barrymore, en otros dos ejemplos del género, o del subgénero, según se mire y considere, en El chico ideal (1998) -que algunos críticos consideran la mejor comedia de aquel año- y 50 primeras citas (2004). Parece que aquellas experiencias fueron bien comercialmente y que hay cierta química entre los protagonistas. Desde luego lo que brilla por su ausencia es la originalidad y abunda, eso sí, el empeño de Adam Sandler, protagonista y productor de estas películas, en repetirnos un personaje y unas situaciones a las que ya nos tiene acostumbrados y bastante hastiados, si hemos de manifestarnos con absoluta sinceridad. Ello no anula sus valores cómicos.

Estamos ante los desastrosos resultados de una cita a ciegas de los protagonistas, Lauren y Jim. En el curso de una cena infructuosa sólo son capaces de ponerse de acuerdo en una sola cosa: No desean volverse a ver más en su vida. Pero cuando cada uno por su cuenta contratan lo que pueden ser unas maravillosas vacaciones familiares con sus hijos en África, comprueban con asombros que han de compartir una semana en un lujoso resort africano especializado en safaris. Entre lo que podrían ser unas magníficas vacaciones, las inevitables relaciones familiares y las incidencias propias de lo cotidiano, parece que el romance es lo más previsible.

El caso es que Adam Sandler y Drew Barrymore han vuelto a coincidir con Frank Coracci como ya lo hicieran en la recordada El chico ideal, pero con muy distinta fortuna ya que en Juntos y revueltos, dieciséis años después lo único que conservan es la química, que surge como un principio lleno de posibilidades en un acertado arranque de la película, que, como pronto advierte el espectador, se van diluyendo paulatina e inexorablemente. Con el pretexto de la aventura de vacaciones, muy recurrente en los últimos tiempos, sobre todo en comedias desmadradas y cutres como Niños grandes (2010), que luego se repetiría tres años más tarde, se nos brinda una comedia familiar en la que los protagonistas se lo pasan muy bien pero sobre lo que, me parece, el espectador se queda a media luz. Frank Coracci no ha estado muy inspirado y se ha limitado a seguir las pautas de la supuesta comedia romántica con concesiones demasiado generosas para un público que está más por la banalidad a cualquier precio que por planteamientos más adultos.

QUIROGA