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'NUNCA APAGUES LA LUZ'
Cines Aqualon Puerto Huelva, CineVip Lepe, El Condado Cinemas 7, Al Andalus Punta Umbría y Cines Artesiete Holea Huelva.- Producción: Estados Unidos, 2016.- T.O.: 'Lights out'.- Duración: 81 minutos.- Dirección: David F. Sandberg.- Guión: Eric Heisserer basado en el cortometraje Lights out, de David F. Sandberg.- Música: Benjamin Wallfisch.- Montaje: Kirr Morri y Michel Aller.- Intérpretes: Teresa Palmer, Gabriel Baternan, María Bello, Billy Burke, Alexander DiPersia, Lotta Losten, Emily Alvin Lind
Tal vez muchas veces nos hemos preguntado, generalmente viendo una película de intriga y terror, cuando los protagonistas entraban en una casa o accedían a una de sus dependencias, por qué no encendían la luz. Por lo general algún sobresalto nos esperaba y el correspondiente susto. En esta película, tan predispuesta al estremecimiento y al escalofrío, el consejo viene en el título Nunca apagues la luz. No podía esperarse menos si la idea procede del director, guionista y productor malayo James Wan (aquí a cargo de la producción), el creador de la terrible saga Saw, que se inició en 2004 y ha tenido secuelas hasta 2010, algunas realizadas por otros directores, así como otros títulos del género como Insidious (2010), que tuvo una segunda parte, Demonic (2015), Fast & Furious 7 (2015) y la más reciente The Conjuring 2: El Poltergeist de Enfield (2016).
En esa misma línea la película de David F. Sandberg, que hoy consideramos, nos lleva de nuevo al ámbito del cine de terror y al escenario tan reiterado de la casa misteriosa en la que un pavor desconocido surge en la oscuridad. La protagonista de esta historia aterradora es Rebecca. Ella creía que al marcharse de casa los miedos infantiles desaparecerían. Durante su infancia nunca tuvo certeza sobre la realidad de sus visiones cuando apagaban las luces. Pero es su hermano pequeño, Martin, quien tiene esas mismas sensaciones y experimenta esos mismos terrores inexplicables en la oscuridad y al desconocido y espantoso ser que tiene una misteriosa relación con su madre, Sophie y ha vuelto a sobresaltar su vida. Cuando tratan de descubrir la realidad se ven más cerca del peligro. Y cuando las luces se apagan surge de nuevo el terror.
El director en este primer largometraje de su carrera como realizador, con Eric Heisserer como guionista, se ha basado en su propio cortometraje Lights out. Diríamos que todo su trabajo ha consistido en alargar su duración, que, aún así, ha quedado en menos de una hora y media, que ya quisiéramos para muchas películas que vemos a diario. Estamos no sólo ante un argumento para nada original sino en la previsible exposición de todos esos elementos terroríficos y golpes de efecto que hemos visto ya en muchas películas de este género. Quizás hay inflexiones en el guión que estén presentes en algunos pasajes, en los que sin embargo no faltan esas coartadas que infieran posibles nuevas perspectivas a las mismas trampas y convencionalismos de siempre en estos casos en los que la historia abunda. Pero es evidente que el alargamiento de la trama, apreciable desde el primer momento, no hace más que dilatar la tensión hasta el punto de que llega a ocasionar un efecto disuasorio en el espectador.
David F. Sandger, siguiendo la estela terrorífica de su mentor, el arriba mencionado, James Wan, se muestra propicio a seguir suscitando en el público esos temores habituales con una hábil mezcla de géneros sobre el escenario propicio, tan reiterado tantas veces en el cine. Con toda esa parafernalia, tan frecuente en mansiones llenas de misterio, acentuada por la oscuridad, se provocan sombras que surgen con escalofriante sorpresa, que se mueven amenazadoras e implacables, puertas que se abren y se cierran con siniestra espontaneidad o misterio, ruidos alarmantes y otras situaciones tenebrosas, en tanto se gradúan, se demoran adecuadamente, los motivos por los que se producen tan aterradores acontecimientos. Todo ello a duras penas contribuye a intensificar la intriga si bien, a pesar de su corta duración, acaba pesando en algunos momentos en los espectadores. Creo, incluso, que también entre los más admiradores de esta clase de terrores cinematográficos.
QUIROGA
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