El lado bueno

Sorpresas te da la vida

Han abierto los ojos descubriendo otra opción, inesperada y con final feliz. A veces se gana y otras se aprende

El otro día me responsabilicé de sacar comida del congelador para que dos personas pudieran comer de manera saludable a mediodía. Una receta fácil: merluza a la plancha con algo de verdura de acompañamiento. Yo me encargaba, era mi cometido. Pero algo tan fácil a veces puede complicarse y seguramente fue porque di mi ok en medio de un estado de duermevela.

A las dos de la tarde me acordé de que no había sacado el pescado del congelador así que me puse a buscar una pescadería para enmendar mi olvido. La encontré y, además, tenían merluza; la suerte me estaba cambiando.

Vi ese pescado fresco entre mis manos y no pude hacerlo simplemente a la plancha: esa merluza fruto de un error se merecía mucho más. Me armé de valor y busqué en internet recetas. Decidí cocinar "merluza a la marinera", compré los ingredientes que me faltaban y pude hacer un plato delicioso.

¿No os resulta maravilloso que de un olvido haya podido salir esa exquisitez? Salió rico de verdad, sabroso y el pescado, en su punto. Seguí la receta y tuve éxito, qué más os puedo contar. Quién me iba a decir a mí que ese día iba a terminar haciendo un guiso de merluza. Pues así es la vida, nunca te deja de sorprender.

Mira lo que le pasó a Ernest Hamwi en la Feria Mundial de St. Louis de 1904: estaba vendiendo una especie de galleta crujiente llamada zalabia justo al lado del puesto de un vendedor de helados llamado Charles Menches. Debido a la gran demanda de helado, Menches se quedó sin platos. Hamwi vio la solución fácil para sacar a su vecino del mal trance y le hizo una de sus obleas con la forma de un cono; el cono se enfrió en pocos segundos y Menches le puso encima una bola de helado. Feliz solución que en pocos días se transformó en un fenómeno. O el caso de Spencer Silver y Art Fry, que inventaron los Post-it o notas adhesivas, mientras andaban en busca de un pegamento fuerte para usar en la industria aeroespacial.

Lo mismo pasó con la coca-cola, el velcro, la penicilina, el LSD, las patatas fritas o el microondas, por ponerte algunos ejemplos. A lo largo de la historia de la humanidad, en la búsqueda del hombre de conseguir un objetivo, éste ha errado, se ha caído, ha desesperado y ha desistido en muchos casos. Algunos de ellos han visto una puerta abierta, un camino alternativo, una luz que no esperaban... Han abierto los ojos descubriendo otra opción, inesperada y con final feliz. Sin ninguna duda te diré que "a veces se gana y otras se aprende".

Seguramente tendrás una historia que me puedas contar de cómo algo que empezó mal al final tuvo un giro de guión inesperado y exitoso, esa que te saca una sonrisa cuando la recuerdas, aquella que te dio dolor de cabeza y un día, sin previo aviso, se desinfló dejándote con cara de pasmarote.

No habré descubierto la penicilina con mi merluza a la marinera pero a veces, como dice la canción: "La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida".

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