Agente de la Policía Local se dirige a un conductor.

Agente de la Policía Local se dirige a un conductor. / Josué Correa (Huelva)

La seguridad vial es cosa de todos. No es más que cumplir con las normas establecidas para que todo transcurra sin incidentes. Si todos las acatamos y seguimos, todo iría bien, pero el problema está en que hay algunos ciudadanos que pasan de normativas y van por la vida sin tener en cuenta al resto, provocando con ello un riesgo innecesario tanto para conductores como para peatones, y es entonces cuando debe intervenir la policía para acabar con situaciones que no deberían producirse, pero que, sin embargo, se producen y,  en algunos casos, hasta se convierten en rutinarias.

Un ejemplo de estas acciones se puede ver todos los días en la prolongación de la avenida de Andalucía, una artería principal de la ciudad, la entrada a la capital onubense desde la autovía, donde hay conductores que aparcan en doble fila en un tramo, dirección a la Universidad de Huelva, en el que hay establecimientos comerciales, entre ellos un supermercado de una conocida cadena que, para más inri, tiene aparcamiento subterráneo para sus clientes, así como una farmacia.

Estacionan en doble fila, y no es por unos segundos, por el tiempo permitido, Ni entran en el aparcamiento del supermercado, en el caso de hacer compra en estas instalaciones, ni conducen unos metros más donde hay suficientes aparcamientos en batería a pie de carretera, de tratarse de entrar en otros de los establecimientos comerciales existentes.

No sólo te encuentras un coche aparcado en doble fila, hay ocasiones en los que hay dos, tres e incluso cuatro o cinco, obstaculizando con ello un carril y obligando al que va por él a cambiar a otro cuando no hay necesidad de ello, una conducta que aparte afecta a la fluidez del tráfico que debería haber en este tipo de vías.También afectan a la seguridad vial los vehículos aparcados en avenidas en la confluencia de éstas con otras calles, en las mismas esquinas, quitando con ello la visibilidad al conductor que desde estas calles quiere acceder a la avenida. Estos deben de tener un sexto sentido, ya que la visibilidad es nula, para poder entrar en la avenida en el instante en el que no circula ningún vehículo en ambos sentidos. 

A todo esto se unen las personas que van en bicicleta por las aceras y las que lo hacen en patinete eléctrico, aunque el peligro no acaba sólo aquí, hay algunas en patinetes eléctricos que, aunque van por la calzada, no respetan los semáforos ni las señales de tráfico.

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