Alto y claro
José Antonio Carrizosa
¿Merece la pena?
EL pensador francés Michel Serres es alguien con quien se puede estar violentamente de acuerdo o violentamente en desacuerdo. Porque la violencia crítica impregna toda su obra. Tengan en cuenta que es gascón, como D'Artagnan. A veces acierta y a veces se equivoca, como todo el mundo. Pero hay ocasiones en que, más allá de toda subjetividad, la pifia. Como acaba de hacer, creando una gran polémica en Francia, al denunciar los dibujos de Astérix como un "elogio del fascismo y del nazismo".
Para ello aduce las siguientes razones: sólo hay revancha y resentimiento, una peste del alma que es la causa de enfermedades psíquicas; todos los problemas se resuelven a puñetazos, como si la fuerza física fuera la solución de todos los males, provocando un claro retroceso en la evolución cultural porque el hombre (homo) sólo se volvió sabio (sapiens) reemplazando la fuerza pura por el derecho; la poción mágica es un elogio de la droga, una forma de ese dopaje del que los deportistas abusan corriendo el riesgo de morir; las burlas al bardo Asurancetúrix -que suele acabar amordazado y colgado de un árbol- expresan un desprecio nazi-fascista por la cultura. Por lo que, concluye, las historietas de Astérix deberían ser prohibidas a los niños: "Si ponemos este tipo de libros en todas la manos, si dejamos que lleguen a nuestros hijos, seremos partidarios de la fuerza pura, de la droga y enemigos de la cultura. Es el elogio del nazismo".
Lo asombroso es que logró decir todo esto en su programa semanal de radio sin reírse. Iba en serio. Quizá por eso después ha reconocido que "tal vez" se había excedido en su lenguaje y se ha declarado culpable de haber pecado contra el humor. Curiosa pero exacta confesión de quien se ha tomado demasiado en serio lo que, por su propia naturaleza, no permite tan profundos análisis.
Su error tiene antecedentes históricos que en su momento gozaron de un incomprensible prestigio intelectual, como el clásico del análisis marxista del colonialismo o imperialismo cultural estadounidense Para leer al Pato Donald (1972). Y que afectaron también a Astérix cuando, tras su publicación en 1959, fue interpretado como un héroe de la Resistencia (los galos) contra los nazis (los romanos) o como un símbolo de De Gaulle manteniendo la independienca de Francia frente a los EEUU y la URSS. Incluso en 1998 el dibujante Uderzo denunció al partido gaullista RPR, cuyo secretario general era entonces Sarkozy, por utilizar los muñequitos galos en un cartel que pedía la unión de la derecha. ¿Héroe de la Resistencia? ¿Gaullista? ¿Nazi? Pobre Astérix. Hay gente pa tó.
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