Según Marian Rojas, una persona vitamina es aquella capaz de hacer que los demás brillen y se sientan mejor. Si tienes suerte seguro que se te ha venido alguien a la cabeza: un amigo, un familiar o un personaje famoso. Estas personas transmiten una alegría especial, tienen un aura diferente e iluminan los espacios por los que pasan. Son esas personas que te recargan las pilas, con las que da gusto compartir un café, una comida o un paseo por el centro. Yo admiro a estas personas; tengo la suerte de tener algunas a mi alrededor e intento beber de su sabiduría, intento que se me pegue algo de esa alegría desbordante y de ese aura mágico. Cada uno es como es, no nos engañemos, pero soy optimista: creo que hay un porcentaje con el que podemos jugar a nuestro favor y aspirar a ser personas con un poco más de vitaminas: sonreír más, dar más las gracias, hablar menos, escuchar más y ser más tolerantes, positivos y prácticos. Esto es como el ideal de belleza, ese que cada día es menos ideal, porque cuesta tanto ser tan perfectos… De hecho, estoy convencida que muchas personas se han quedado sin vitaminas por culpa de los problemas, las preocupaciones, la falta de sueño o la falta de vino. Si nos imaginamos que son como una cebolla y empezamos a quitar capas, seguro que encontramos un corazón lleno de energía positiva. ¿Qué pasa? ¿Las personas vitamina no tienen problemas ni preocupaciones? Sí, ellos también sufren, lloran y se quejan, pero lo hacen cuando llegan a casa, con las personas que tienen confianza y en un entorno seguro: poca gente es profeta en su tierra.

Lo que quiero hoy es solidarizarme con las personas sin vitaminas, aquellas que están con la luz apagada, con la mirada perdida, con el ánimo por los suelos; no son buena compañía ni la alegría de la huerta. Quizás tú eres una de ellas: una cebolla quejica con patas.

En el documental Mr. Dynamite: El ascenso de James Brown, le preguntaron al cantante cuáles eran sus sueños cuando empezó. Él respondió: "Yo soñaba con comer". Es difícil seguir con la murga después de escuchar esta frase. Creo que pocos de los que estáis leyendo esto ahora mismo, por no decir ninguno, ha pasado por esto.

No te diré que tú puedes con todo, ni que si luchas por tus sueños estos se cumplirán. No seré cansina con lo de que hay que ser positivo. Habrá que encontrar un punto intermedio e intentar no venirse abajo ante cualquier imprevisto o calamidad; igual de importante es tener paciencia con los que nos rodean porque desconocemos lo que llevan en la maleta; a veces somos nosotros los que necesitamos paciencia de los demás. "Se amable, especialmente cuando no sabes lo que está pasando". Quizás una sonrisa o un buen gesto sirvan para quitar alguna capa de cebolla de esa persona a la que le faltan vitaminas. Puede que peque de ingenua hoy, puede que me haya pasado con el Pharmaton: si todos fuéramos más amables, el mundo iría mucho mejor, ¡inténtalo!

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