Multa por ligar en Tinder

Podríamos decir que estas plataformas en internet son las celestinas del siglo XXI. Celestinas virtuales

Tengo un amigo que encontró el amor por internet. No te rías, que no estoy haciendo la clásica del amigo. Bienvenido/a una semana más a este espacio de confesiones. Esta vez hablaremos de materia delicada, nada más y nada menos que las relaciones personales en el mundo online. La verdad es que no vengo a hablar de ninguna novedad. Conocer a gente a través de internet es antiguo, tanto como la existencia de foros y chats. Eso sí, con la evolución de la tecnología, y la entrada en escena de los smartphones comenzaron a proliferar apps como Tinder que han hecho que entablar conversación con alguien sea tan fácil como sacar el móvil del bolsillo. Recuerdo una charla con el director de Meetic España en 2015. Ya entonces en nuestro país una de cada tres parejas nacían en internet. Podríamos decir entonces que estas plataformas son las celestinas del siglo XXI. Celestinas virtuales. Pero a pesar de lo extendido y aparentemente normalizado que está todo esto, en ocasiones nos encontramos con gente que ni siquiera quiere admitir que ha conocido a su pareja en Tinder o similares. ¡Ni que estuviera multado! El qué dirán y la hipocresía están aún presentes (por suerte cada vez menos). Llevamos arrastrando demasiado tiempo aquella idea que circulaba en su momento: Internet es para fracasados o desesperados. De verdad, qué pereza. O incluso esa idea de "las apps son muy superficiales". Joder, y tanto. Tampoco he visto yo a mucha gente en discotecas poniéndole ojitos al chico/a que no le atrae físicamente.

A muchas personas les gustaría que la forma en que conocen a sus parejas fuera digna de una película de amor, pero la realidad no es así. No a todo el mundo le ocurre como a mi tía, que andaba en una librería echando un ojo a un libro en el que venía la foto del autor. ¿Te imaginas quién se encontraba justo frente a ella en ese momento? Pues hasta hoy dura ese amor. Dios, qué bonito. La historia puede que no sea exactamente así, y quizás esté basada en hechos reales. Tengo que confirmarlo con mi tía. Pero, en serio, qué bonito. A ver cómo defiendo yo ahora el uso de apps para conocer gente. Que tampoco es eso, yo no he venido a defender aquí a nada ni a nadie. Que como lo presencial, lo real, lo palpable… No hay nada. Pero sí es cierto que estas plataformas ayudan en la fase inicial, la de fijarse en alguien, la de romper el hielo, la del 'hola qué tal'. Una fase inicial que en la "vida real" es cada vez más difícil llevarse a cabo según qué casos, y según las circunstancias de cada uno. La era de las prisas, el estrés y la falta de tiempo precedió a la maldita era del coronavirus. Desde luego, se está poniendo cada vez más difícil eso de ligar en el supermercado o en bares.

Vale, sí. "El amigo" soy yo.

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