Cantan las sevillanas: "Algo se muere en el alma cuando un amigo se va". Es dolorosamente cierto, es una angustiosa sensación de vacío, de inconsolable pérdida, una especie de trémolo de sensibilidad que escalofría y acongoja. Este último fin de semana fallecía en Huelva, su tierra, que tanto amaba y añoraba desde Madrid, Manuel Marín Delgado. Un ser entrañable de extraordinaria personalidad. Tengo la satisfacción y el privilegio de haber trabajado con él hace muchos años. Esos años en que una Huelva carente de cultura y de otras lagunas del saber y del conocimiento, necesitaba de un revulsivo que animara ciertos aspectos del arte y la difusión cultural en época de ausencia de libertades y de innovaciones éticas y estéticas. En ese aspecto nuestro entrañable Manolo Marín, fue un aventajado dinamizador -como ahora se dice- en cuanto era posible manifestar artística y culturalmente en aquellos años. Con él, un grupo muy joven secundamos sus brillantes iniciativas, su creatividad infatigable, su imaginación, pródiga a la hora de organizar actos y acontecimientos que enriquecieron las inquietudes culturales de aquella Huelva de indolencia y vacío.

Vuelven la memoria aquellas realizaciones en las que trabajamos: una Exaltación de la Navidad a través de la mejor poesía en el desaparecido Teatro Mora; Passio, una representación de la Pasión de Cristo, unas estampas plásticas llenas de emoción y belleza; unas sesiones de teatro leído -entonces de moda- y representado con obras de vanguardia inconcebibles en aquella época, desafiando una censura implacable. Entre quienes estábamos en estas experiencias surgió el grupo fundador de Radio Popular -la Cope actual-, cuyos proyectos -absolutamente innovadores en la radiodifusión onubense- se fraguaron en la casa y despacho de Manolo Marín de la calle Rábida. Ello no detuvo nuestras dedicaciones artísticas en las que Manolo era su gran artífice y creador. Luego vendrían las Fiestas de la Vendimia del Condado, que cumplen su cincuentenario; la fastuosa presentación del Fiat América, un espectáculo fascinante que se estrenó en la coronación de la Reina de las Colombinas, la Exponuba de 1971 en Madrid, excepcional precedente de lo que hoy se hace en las ferias turísticas en la promoción de Huelva; el Centro Español de Nuevas Profesiones, que formó a tantos jóvenes onubenses, sus extraordinarios pregones de Semana Santa, una inolvidable y singular Exaltación de la Saeta en la Peña Flamenca… Su marcha a Madrid no detendría su labor docente y artística como fue Indumenta, un espléndido estudio y colección de la historia del traje, con la valiosa colaboración de su esposa, nuestra querida Mary Paz de Vicente-Tutor. Corto es nuestro espacio para labor tan fructífera, copiosa y brillante. Nuestra más sentida condolencia a su entrañable familia. Especialmente a su hijo Manuel, compañero periodista, director adjunto de ABC y prestigioso analista político en la Tv y la radio.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios