Una vez más mi referencia es cinematográfica. Perdonen tengo una fijación, tal vez patológica, ya que desde mis años más precoces he ejercido la crítica de cine durante décadas. Me sirve hoy la película Álvarez Kelly , de Edward Dimitryk. Por cierto un director que estuvo imputado en la caza de brujas o llamada también de "los claveles rojos", desatada por el Comité de Actividades Antiamericanas del Senado encabezada por el tristemente famoso senador, Joseph Raymond McCarthy en 1950. Hay un magnífico testimonio cinematográfico de este proceso a través de las opiniones de directores, guionistas, productores y actores, algunos tan famosos como Gary Cooper, Ronald Reagan, Louis B. Mayer, Otto Preminger, Humphrey Bogart, John Huston y el propio Edward Dmytrik, citados por desacato al Congreso e incluidos en la famosa lista negra. Se trata de Hollywood on trial , dirigida por David Helpern, que se estrenó en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva en 1977.

En la película citada, protagonizada por William Holden y Richard Widmark, el personaje encarnado por el primero afirma muy contundente "Dios nos libre de hombres de ideas fijas". La frase me hizo pensar que a lo largo de la historia han gobernado este tipo de personajes y, lo que es peor, han abundado desgraciadamente. Y desafortunadamente también las ideas fijas como el pensamiento único prodigado por quienes militan en los extremos más radicales de las ideologías políticas, propenden a la falsedad, a la manipulación interesada de los acontecimientos. En esas peligrosas equidistancias es frecuente que estas tendencias pretendan eternizarse en el poder, lo cual, salvo excepciones, acaba pudriendo el sistema, corrompiendo a sus mandatarios. Hay ejemplos históricos en cantidades alarmantes. Siempre contarán - porque manejan muy bien su propaganda - con medios afines para airear sus supuestos logros o silenciar oportunamente sus flagrantes fracasos. Estarán prestos y sagaces para desenterrar sus memorias históricas según les convengan y callarán como tumbas sus embustes más recientes.

Ejemplo inmediato lo tenemos en la inefable ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que nos mintió cuando dijo que la UE nos prohibía bajar el precio de las mascarillas y lo mismo ha hecho sobre la aplicación del IVA en los costes - exorbitantes y abusivos - de la luz. Y todo ello impune como las declaraciones del vicepresidente Iglesias sobre el sedicioso y prófugo Puigdemont, realmente intolerables e insidiosas. Éstas y otras indignidades en una actualidad caótica con un gobierno que elude la responsabilidad que pasa a las comunidades autónomas a las que despoja de instrumentos jurídicos, se esconde del control parlamentario tras el "estado de alarma", mientras aumenta el paro, quiebran más empresas, suben los impuestos, aumentan las colas del hambre, se multiplica la pandemia…

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