EXISTAN o no las casualidades (que me perdone Friedrich Schiller y su teoría sobre la inexistencia de ellas y esos curiosos caprichos que nos permiten jugar con los calendarios) esta semana arrancó con una fecha que muchos marcamos en rojo y aún tenemos (o deberíamos mantener) en el recuerdo: 15-M. Bajo el lema Huelva se mueve, era la oportunidad de escribir mucho más que un capítulo de la historia provincial, quizá un nuevo tomo, un punto de inflexión para que la provincia despertase de su letargo y comenzase el despegue esperado por todos.

La casualidad (o no) quiso que un año después fuera el punto de arranque de una situación que ha cambiado nuestra vida, y hoy, de nuevo se asoma en la agenda. Sea como fuere, intentamos controlar toda la serie de variables que nos rodean, con el objetivo de no dejar nada a la suerte. Eliminamos la incertidumbre informándonos de la mejor manera posible, previendo posibles acontecimientos, guardándonos ante aquello que pueda desestabilizar nuestra vida. Queremos tener todo bajo control. Soñamos con un acontecimiento y eso se convierte en realidad a la mañana siguiente, pensamos en una persona y ésta reaparece en nuestra vida...

Pues hagamos de la casualidad una realidad. Centremos el trabajo en todo lo que podemos hacer y en todo lo que se nos está dando. En estos dos años la transformación de Huelva también está en marcha. Nada tienen que ver los solares vacíos de entonces, con los terrenos que hoy se levantan junto a la ría y que sirven para afianzar aún más su integración con la ciudad que ya parecía que de nuevo iba a quedar dormida.

La crisis paralizó las pretensiones de acercar la ciudad a su entorno natural con el Ensanche Sur pero ahora el Ayuntamiento da un paso clave para desbloquear la construcción de un colegio público, tan necesario para la zona centro de la ciudad como para la vecina Pescadería, además de levantar una residencia de mayores (el centro educativo estaría promovido por la Junta de Andalucía, mientras que la residencia ya cuenta con un proyecto privado). Su edificación es inminente o al menos debería, para no tener que sufrir un nuevo parón, para no ver de nuevo cómo pasa un tren para el que teníamos billete... Llega un paso definitivo para la transformación de la ciudad, en un momento clave.

A la vuelta de la esquina, la tramitación (del estudio de detalle) del materno infantil, que al fin, debería evitar (entre otras cosas) los desplazamientos a otras provincias y reforzar la cartera de servicios en el área atención pediátrica y ginecológica...

Para un futuro queda la construcción de la Ciudad de la Justicia (una reivindicación de hace más de 15 años), el Parque del Ferrocarril (en los terrenos de la antigua vía del tren, entre la barriada del Matadero y la ría a través del Muelle de la Rio Tinto Company), el nuevo club de tenis, alrededor de 3.400 viviendas, una zona comercial para el impulso del sector terciario...

Huelva se mueve. No la dejemos parar.

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