YA es Martes Santo y Huelva está inmersa en la Pasión y Muerte de nuestro Señor. Hoy, nuestra ciudad se enjuga de los Dolores de una Madre que viene penando desde Las Colonias por el Hijo que Dios le mandó, y que los hombres mataron confirmando su muerte con una tremenda Lanzada. Esta tarde, los Estudiantes harán de nuestras calles un Valle de lágrimas por la Sangre de un Cristo que fluye agotada de su cuerpo transido. Esta noche de Martes Santo, la vieja Onuba se postrará ante Jesús en su Pasión para mostrarle su devoción, nueva y añeja, y para dar Refugio a tanto pesar y a tanto dolor, que transmiten Él y su Bendita Madre.

Hoy es un día muy especial para muchas familias cofrades de nuestra tierra, que fueron alma y vida de estas cofradías tan señeras, en tiempos no tan fáciles y a las que se le debe tanto por conservar tradiciones que parecían que se perderían en el tiempo. Gracias a ellos podremos ser testigos de la magnífica evolución interna y externa que han sufrido estas grandes hermandades, semilleros de Fe en Jesús y María en distintos rincones de nuestra Huelva. Y aunque son características que concurren en otros casos, creo que son de destacar los correspondientes al día de hoy.

No nos quepa duda que las casas de Hermandad, los tejidos, la orfebrería, los bordados y el mantenimiento de enseres y, sobre todo de amistades, que han desarrollado en estos años se reflejarán en el discurrir de sus cofradías por esta Jerusalén nuestra de Cristóbal Colón, José Nogales, Isaac Peral, La Fuente, Federico Mayo o Plaza Niña. Desde Los Dolores, San Sebastián y San Pedro, manarán regueros de devoción, dignos de admirar y de contemplar en todo su esplendor este Martes Santo, entre otras cosas, por la idiosincrasia de cada una, tan distintas.

Se acerca la hora. Huelva espera ansiosa para imbuirse de la Pasión de su Señor que muere y derrama su Sangre por nosotros hasta salir agua en su Lanzada. Huelva se torna en Valle y Refugio para los Dolores de María. Ya es Martes Santo.