Unhooligan, según la RAE, es un "hincha británico de comportamiento violento y agresivo". Hasta aquí todo bien. Pero el término hooligan se ha trasladado universalmente al ámbito cultural, al ámbito social e incluso al político. Este último es el que tiene más interés a la hora de analizarlo, en base a los acontecimientos que sufrimos y padecemos. Hay dos tipos de hooligans políticos. Los jóvenes descontentos, clase obrera trabajadora, y por decirlo con pocas palabras: los antisistema. Se quejan porque va en su forma de vida, nada o nadie puede satisfacer sus necesidades, y se acogen al representante o representantes, que puedan alimentar sus propósitos y acoger su ideario en el programa de turno. Y en el segundo tipo de hooligan político encontramos a los profesionales de la destrucción, aquellas personas que reciben un salario por destruir a la oposición, por desarmar los principios, son los desestabilizadores sociales.

Antisistema y desestabilizadores. Nunca imaginé que en una situación como la que estamos atravesando ahora, los hooligans políticos continúen con sus actividades de una forma tan expresa y radical. Sobre todo, si hablamos de fallecidos, de seres humanos que mueren diariamente y que solo computan como número, como un dato más que, con toda la frescura del mundo, se determina. Detrás de cada ser humano, que fallece, que se contagia o que se recupera, hay una historia. Una historia personal y real, nadie ha solicitado algo que nos ha venido impuesto, y que vivimos en nuestro entorno, en nuestra sociedad, en nuestro mundo.

Heráclito decía que "Los ojos son testigos más exactos que los oídos". Ahora todo o casi todo es visual, y las redes sociales son el medio que utilizan estos hooligans para desestabilizar, para mentir. Para satisfacer unos deseos propios que nunca serán el deseo de los demás, al menos, de la gran mayoría. Heráclito también escribió "Malos testigos para los hombres son sus ojos y sus oídos, si tienen almas bárbaras". Este tipo de hooligans tiene las almas retorcidas. Son profesionales de la desestabilización.

Ejemplos todos los que ustedes quieran ver y oír. Ocurren todos los días. Ejemplos de desestabilización. Pero todos los partidos, absolutamente todos, mienten. La realidad nos la tenemos que fabricar nosotros, de acuerdo con la sensatez y al sentido común. Las personas fallecen, las personas enferman, las personas se recuperan. Detrás de cada uno de esos datos, siempre hay y habrá una persona, un ser humano que ha sufrido una situación que hace unas semanas no podía imaginar. ¿Quién tiene razón? Ninguno.

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