La verdad es plural

Marisa Fernández / Serrat

Digna, adjetivo de dignidad

06 de septiembre 2009 - 01:00

EN el artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 se establece la igualdad en dignidad de todos los seres humanos y prácticamente todas las Constituciones nacionales de finales del s. XX la reconocen como el fundamento de los derechos. Aunque el concepto parece claro, su derivado digno-a (merecedor de algo; proporcionado al mérito, según la RAE), conlleva inevitables componentes subjetivos, pues ¿en virtud de qué juicios o elementos se decide si se merece algo o no? ¿Quién arbitra acerca de una justa proporción?

En los medios de comunicación locales y con relación a la (oportuna) diligencia del Ministerio de Medio Ambiente para que se ejecute la sentencia dictada sobre el cese de vertidos de fosfoyesos, se ha desatado una riada de declaraciones que incluyen la utilización del adjetivo digna. Se exige una salida laboral digna, una imagen de la ciudad digna, y una calidad de vida digna para los ciudadanos ¿Alguien podría estar en desacuerdo con alguna de esas "dignidades"? ¡Qué riqueza la de este castellano nuestro que nos brinda palabras-comodines tan útiles y pertinentes que se usan para no decir nada nuevo ni polémico y quedar tan bien con todos!

Claro que es justa la demanda de los trabajadores de Fertiberia cuando exigen salida laboral digna ante el cese de los vertidos, ¿quién podría oponerse? Pero ¿se llegaría a acuerdos con las condiciones que se entienda por proporcionadas? ¿Se aceptarían las consecuencias de la misma? Por otra parte, nuestros representantes políticos socialistas claman por una imagen digna de Huelva. Sí, señor, como todos los onubenses, pero ¿qué hacer? ¿Se oculta el lado oscuro (más bien gris de las 400 hectáreas de las balsas) de la ciudad? Hay quien sigue empeñado en defender que el onubensismo consiste en exaltar nuestras bondades (muchas, por cierto), encubriendo nuestras miserias, confundiendo la crítica constructiva con el "arrojar piedras al propio tejado".

Sólo teniendo en cuenta la dificultad que entraña compartir el significado del adjetivo digna, y de que existen diferentes acepciones para las expresiones salida digna o imagen digna, no parece razonable ni oponerse a la visita de los parlamentarios europeos para analizar la situación medioambiental de Huelva, ni está justificado el posponer la fecha de la misma. Es necesario contar con unos árbitros imparciales (ni trabajadores de Fertiberia, ni políticos en busca de votos, ni ecologistas fundamentalistas) y capacitados para emitir un juicio que ayude a la Comisión Europea a llegar a conclusiones acertadas, y sí, a costa de que la imagen que se ofrezca de nuestra ciudad esté más cerca de lo real que de lo ideal, porque cuando se consiga una ciudad digna, su imagen dejará de ser motivo de preocupación.

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