La Semana Santa es una tradición que cautiva a pequeños y mayores, a vecinos y turistas, a cristianos y no creyentes. Es, en otras palabras, una costumbre que impacta a todo el que se dispone a conocer su arte, su fervor, su compás, sus colores y sensaciones, su piedad popular…

Esta capacidad de atracción que posee es realmente sorprendente, pues hasta personas que nada tenían que ver con el mundo cofrade acaban enamorándose de los ensayos de costaleros, de las marchas procesionales y de nuestras Hermandades. No han tenido la fortuna de criarse en las cofradías y, aun así, las quieren con toda el alma. Son cofrades por amor. Han tenido un momento especial en el que han sentido un pellizco en su interior. Puede haber pasado en una recogida, al escuchar una saeta en la oscuridad de la noche, o en una visita a la Iglesia de la mano de un amigo o de su pareja. Hay muchos casos, pero la cuestión es que ya forman parte de la Semana Santa.

Por otro lado, hay otro grupo de cofrades que ha tenido la suerte de nacer con el costal o la corneta debajo del brazo. Son los cofrades de cuna, los que fueron inscritos como hermanos en sus Cofradías antes, incluso, que en el Registro Civil. Sus padres les vistieron de monaguillo, les animaron a hacer una bola de cera, les compraron un tambor de juguete (disculpen, vecinos) o les mostraron que, con una caja de cartón, se pueden realizar revirás interminables. Y, sobre todo, estos cofrades se criaron muy cerca de los titulares de su hermandad.

Qué tesoro más grande tiene el que se ha criado en una familia cofrade. Gracias a todos esos papás, mamás, abuelos, hermanos, tíos o padrinos que nos inculcaron tanto amor hacia este apasionante mundo.

Y tú, ¿con qué grupo te identificas? ¿De cuna o por amor?

Qué más da. Lo verdaderamente emocionante es que todos somos un solo corazón, que late al ritmo de la pasión de Huelva, un sentimiento que permanece vivo todo el año, pero que, al llegar la Cuaresma, late más fuerte, más rápido.

Somos cofrades de cuna. Somos cofrades por amor. Somos, con mucho orgullo, los cofrades de Huelva.