
Monticello
Víctor J. Vázquez
Melegek de Budapest
Lo que fue, siempre deja un recuerdo en nosotros. Aquella Huelva de ayer, la de nuestros padres y abuelos, la que vivimos también nosotros, se nos va. La vieja Huelva de nuestros recuerdos se va desmoronando día a día con el pasar del tiempo. Ahora le tocó el turno a aquella institución tan onubense y querida que fue el Círculo Mercantil y Agrícola. Centro social, mercantil, político, agrícola y tantas cosas más que era motor de una ciudad, manteniendo su cultura y sus intereses generales. El Círculo, sin más palabras, era la diana del corazón Huelva.
Su longevidad acabó por matarle. Y hace tan solo unos días técnica y oficialmente dio su último suspiro, en este noviembre melancólico y triste en su filosofía. El alcalde de la ciudad y el último presidente de la institución descubrieron una placa en la fachada del antiguo edificio, donde hace ciento sesenta y ocho naciera el entonces flamante y potente Círculo Mercantil y Agrícola.
La verdad es que el Círculo estaba ya muerto. Su vida era de nombre y su recuerdo para los onubenses jóvenes casi desconocido.
Pasada la mitad del siglo XX, tuve la suerte de formar parte de la organización para celebrar su centenario, también de escribir un libro sobre la Historia del Círculo y organizar diversos eventos culturales que animaron la ciudad en aquella fechas.
La historia del Círculo Mercantil está llena de acontecimientos que fueron latidos vivos de la propia historia de la ciudad. Un día mi recordado y querido amigo José A. Fernández Contioso, entonces presidente de aquella entidad, me pidió que recogiera capítulos de la vida social de Huelva a través del Círculo, como homenaje en Las Fiestas del Centenaria. Y así lo hice dejando plasmados esos recuerdos de un siglo de vida local en las páginas del diario Odiel, del que fui su director. Aquellas, nostálgicas y curiosas, galeradas formaron un libro que formó una pieza más de la celebraciones. Las tertulias que se formaban en aquel bello patio central del Círculo fueron viveros de iniciativas para el progreso económico, cultural, deportivo, además de divertidas ocurrencias que alegraban la vida de la institución mercantil y agrícola.
La Fiestas del Centenario pasaron a los anales onubenses más queridos y celebrados, pero conforme avanzaba el siglo la propia vida de la ciudad iba cambiando, las circunstancias y necesidades imponían nuevas actuaciones y remodelaciones que, ante la llegada del siglo XXI, forzosamente ofrecían una línea de actuación que, sin duda, contribuirían a la extinción del Círculo.
En un mundo nuevo, las glorias del Círculo se quedaban olvidadas, las tertulias iban agotándose y las formas de disfrutar los ratos de ocios era ya completamente otras. Todo amenazaba a su fin. Y este llegó de forma imperativa. Muy humildemente, quien tanto conoció aquel motor de una Huelva emprendedora de cara a su futuro, quien indagó en el centro de su corazón y escribió su Historia, desearía que muchos onubenses que dieron vida al Círculo Mercantil tuvieran en estos días su mejor recuerdo para esa institución desaparecida.
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