Tiempo de Academia

La Ciencia y la Técnica en el Descubrimiento de América (I)

Hace unos días, el 3 de agosto, se celebraba el 529 aniversario de la salida de las tres carabelas, Santa María, La Pinta y la Niña. Cristóbal Colón dejaba el puerto de Palos de la Frontera camino del descubrimiento de una nueva ruta con las Indias. Es una historia que cada año, en este día, se renueva con eventos que rememoran la gesta descubridora en los que muchos autores, más autorizados que yo, aportan importante documentación que nos muestra la realidad vivida hace más de cinco siglos. Se ha discutido largo y tendido sobre los méritos de Cristóbal Colón y los hermanos Pinzón. Tanto es el reconocimiento, honor y gloria en la hazaña del descubrimiento del Nuevo Mundo que les pertenece, que con tener la certeza de que fueran tres las carabelas en realizar el viaje más célebre, famoso y decisivo de todos los tiempos, hay que distribuirla entre los tres excelentes navegantes: el primero se ganó el título de Primer Almirante, y los hermanos Pinzón fueron los primeros marineros que pisaron el Nuevo Mundo. Pero, desde mi humilde opinión, no se ha escrito tanto sobre el rol que jugaron los científicos de esta etapa tan gloriosa. Permítame el lector, en esta ocasión tal vez por deformación profesional como matemático, como científico que cree en la humanización de las Ciencias, que con varias entregas haga un breve bosquejo histórico sobre la situación de la Ciencia y la Técnica en el descubrimiento de América.

Julio Rey Pastor, en la nota previa en su libro La Ciencia y la Técnica en el descubrimiento de América, en su primera edición de 1942, nos aporta algo muy importante sobre el papel jugado por los historiadores al no estar demasiados atentos a algunas cuestiones fundamentales que tenían que haber sido consideradas y puestas en valor en el descubrimiento y colonización de América: factores científicos y técnicos que convergieron, sin lugar a dudas a un mejor desarrollo de los hechos en tan excelsa empresa. Sin embargo, frente a estos factores, en mi opinión ninguneados por algunos, sí hay que decir que en el rol de estudiar y juzgar la historia del descubrimiento han antepuesto, casi siempre, los aspectos militares y religiosos frente a la Ciencia y la Técnica. Es cierto que éstas eran muy rudimentarias para la época, pero no es menos cierto que fueron las que utilizaron los descubridores de nuevas rutas y mundos nuevos. (¡Para cualquier actividad científica, siempre serán considerados rudimentarios, y por qué no decir odioso, para generaciones futuras comparar las técnicas de desarrollo actuales con las que puedan aparecer en un mañana cercano!). Una cosa me gustaría resaltar: esa asimetría entre los logros conseguidos y los medios empleados hace mucho más grande el descubrimiento de América, poniendo en alto relieve el mérito de las personas que lo lograron.

En estas entregas varias contribuiré, tomando como eje central la publicación del gran matemático español de renombre internacional citado ut-supra, Julio Rey Pastor. Nacido en Logroño el 14 de agosto de 1888, fallece en Buenos Aires (Argentina) el 21 de febrero de 1962. Fue la figura principal de la Matemática -y de su historia- en el mundo de habla hispana de la primera mitad del siglo veinte; a su esfuerzo se debe, en gran medida, el afianzamiento de esas disciplinas en España y Argentina y la formación de especialistas internacionalmente reconocidos. Fue uno de los matemáticos más relevantes en la Historia de España, cuyas grandes aportaciones, han permitido conocer la Historia de la Ciencia y la Técnica en España.

Hablar de la contribución de la Ciencia y de la Técnica en la época que estamos considerando no es tarea sencilla si queremos hacerlo desde el punto de vista estructurado, sistemático y riguroso. Anteriormente, en el siglo XIII, los escasos conocimientos científicos habría que encontrarlos en la herencia personal de grandes personajes, solo citar dos, entre otros: a) Leonardo Bigollo Pisano, también llamado Leonardo de Pisa apodado Fibonacci. Nace en Pisa sobre el 1170 e ibídem sobre 1240, fue un matemático italiano de la República de Pisa, considerado el matemático occidental de mayor talento de la Edad Media. Difundió en Europa la utilidad práctica del sistema de numeración indo-arábigo frente a la numeración romana, fue el primer europeo en describir la sucesión numérica que lleva su nombre, sucesión de Fibonacci; b) Rogerio Bacon, que nace en Ilchester, condado de Sommerset, entorno a 1214 y fallece en Oxford, 1292. Filósofo, científico y teólogo inglés, estudió en Oxford y se trasladó a París en 1236. En Oxford, plantea la idea de una ciencia total, unificadora de saberes. Tras hacerse franciscano, comentó las obras de Aristóteles, desde 1247 se dedicó a estudios científicos cuyo acercamiento a la ciencia desde una perspectiva experimental fue el preludio de la crisis que experimentaría en el siglo XIV la filosofía escolástica. Dice "Sin Matemáticas, no se puede conocer nada de este mundo y su certeza es la mayor de todas, pero sus demostraciones no pueden contradecir la experiencia" (Opus maius, 1268).

No todas las ramas del conocimiento científico-técnico se desarrollaron de la misma manera en los siglos siguientes, XIV y XV, pero el beneficioso influjo que tuvo en la Ciencia la colosal y magna empresa bajo el amparo de los Reyes Católicos comenzó el mismo día en que la pequeña flota de tres naves zarpó de Palos de la Frontera.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios