Trechos y deshechos

Los nuevos dirigentes en el palco del Nuevo Colombino.
Los nuevos dirigentes en el palco del Nuevo Colombino. / Josué Correa

22 de abril 2025 - 03:07

Entre el “estaremos en Primera en tres años”, el “implantaremos el estilo Barcelona”- no sabemos si lo de Negreira iba en lote- y el “os vamos a enseñar, ignorantes, de qué va esto” de ese gestor que nos dejó como nos dejó, y el “es que no podemos luchar porque el presupuesto tal, si descendemos no pasa nada si no se pone en riesgo el club” y el despectivo “hemos estado muy pocos años en la élite”, así como otras lindeces de los anteriores responsables sin saber siquiera, me temo, que al Decano le relegaron de las dos principales categorías ya en la creación de las mismas, hay un buen trecho. En ese trecho, el que supone no vivir ansiado por subir al fútbol profesional a toda costa -aquí todos sabemos de dónde venimos- pero exigiendo aspirar siempre a él, creo que se movía la gran mayoría de la afición recreativista. Quizás esté equivocado, pero tras más de cuarenta añitos viviendo esto algo me dice que el olfato no me falla demasiado. Salvo milagro deseado pero ya poco esperado el batacazo que se veía venir desde aquella puesta de escena en Mérida o tras la vergüenza pasada en Sevilla poco después (ahí la gente estalló y muchos se reían de eso) está a punto de culminarse. Claro que la situación era muy compleja pero la posible solución, y lo veía un ciego, no estaba en casi nada de lo que ha pasado desde diciembre ni desde antes; ahí están los hechos. No sé quién ha aconsejado a los anteriores o a los nuevos, pero chatos: os habéis lucido; os estáis luciendo.

La mediocridad de asumir inferioridad, complejos o descensos como si nada me enerva mucho más que cualquier caída deportiva, y mira que eso daña. Yo he vibrado con Chendo en Los Palacios en el momento más bajo de nuestra historia tanto o más que cuando presumí del Decano en el Bernabéu y por eso, repito, nadie me va a dar lecciones de qué es vivir el Recre o defender al Recre; nadie me va a convencer de que un fracaso histórico debe ser normal; quien lo diga es que ha puesto pocas veces el culo en algo parecido a asientos de ciertos estadios de 3ª y 2ª RFEF, ha hecho pocas colas para conseguir esas entradas, ha visto pocos partidos del Recre en canales infames, no ha sufrido en directo no pocos robos arbitrales casi hasta con filiales de filiales… y así, hasta el infinito. Quizás haya inconscientes que realmente crean que en esas categorías se sube con el escudito; qué poquitos kilómetros han hecho esos estos últimos tiempos animando al Decano en polideportivos y en gradas cuya sujeción daba miedo; qué pena que no sufrieran en Segovia o en Cáceres en un momento tan vital como aquellas eliminatorias. Y ojo con lo que ya está aquí, que ha debutado con un resbalón imperdonable. Confiar porque sí en una afición fiel es no saber que la paciencia aquí tampoco es infinita. Ya estamos como hace dos años: o cambia todo –lo primero, la garra y la mentalidad- o la experiencia también nos hace vislumbrar un aún peor final del cuento. Maldita experiencia, con lo bien que se vive, como han vivido otros, en los mundos de Yupi.

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