Un presente de rigor, cercanía y credibilidad

El Recreativo acumula años en proceso de decadencia en la búsqueda de su capacidad para renovar proyectos sin recursos, ahora el reto en la nueva ruta pasa por descartar viejas fórmulas en el campo y también una renovación en su estructura económica. Y entre la realidad de la sociedad mercantil y la urgencia de rendimiento en la competición median la inversión a medio y largo plazo del dueño del club en la unidad de organización dedicada a la actividad de prestación de servicios con fines lucrativos cara al futuro con la necesidad apremiante de la inmediatez de la obligación deportiva cumpliendo logros bajo el peso de la marca Decano.

La base del organigrama técnico con Roberto Ríos (director deportivo) y Pedro Morilla en el banquillo alimentan desde el poder el sueño del éxito rápido con la ambición teórica acorde en la práctica con presupuesto de favorito como reclamo para atraer patrocinadores y retener a la mayoría de la masa de abonados mediante una campaña con alicientes, pero hay que manejar bien estas premisas tan optimistas para evitar las frustraciones que luego conllevan un lastre como vía de escape.

Todas las miradas se centran en principio en un banquillo que devora a entrenadores, siempre es una asignatura pendiente porque da mucho caché en el currículo y también penaliza demasiado en los fracasos. A veces no sabe uno si darle la bienvenida o el pésame cuando se presenta eufórico con tantas promesas e ideas renovadoras. Ahora se hacen las habituales propuestas para elevar las sensaciones del cambio profundo.