Que no me lo vendan

La Platea

Íñigo Vélez, resignado, durante el partido del pasado domingo.
Íñigo Vélez, resignado, durante el partido del pasado domingo. / Josué Correa

11 de marzo 2025 - 03:05

Qué tiempos aquellos en los que a ciertos periodistas/aficionados nos daba, a principios de temporada, por hablar de que al Decano, en el tercer escalón del fútbol español, se le debería exigir siempre, como mínimo, luchar por subir. Ojo, sólo luchar, no ascender sí o sí porque aquí todo cuerdo comprende lo que lleva rodeando al club desde hace bastante más de una década. El caso es que hasta esa mínima exigencia fue mal vista en ciertos sectores. Ni los esfuerzos de los respectivos equipos de gobierno consistoriales (con el dinero de todos), ni una masa social acongojante, ni las temporadas inhumanas padecidas recientemente, ni la historia del pionero (alguno aún no se la sabe, por cierto) convencía a aquellos que nos afeaban tal deseo; exiguo deseo, si se me permite. Teniendo los pies en el suelo y acertando sólo un pelín en lo deportivo ese objetivo era factible hasta hace tres días mal contados incluso este año, tan desastroso en el césped. Pues ni por esas.

Yo no sé qué tipo de mediocridad autodestructiva y autodeprimente se ha instalado en aquellos que incluso verían otro descenso como algo normal y que habría que asumir con naturalidad. Conmigo que no cuenten para blanquear nada similar si llega la catástrofe, por supuesto. Si desde este rincón se puso el grito en el cielo con aquella doble caída a 3ª RFEF, y ahí sí que aún coleaban mil aristas, por eso de la coherencia jamás se justificaría en esta platea otro desastre deportivo descomunal en caso de producirse. Uno estuvo en todos los campos que pudo, animando a los de blanco y azul, en la quinta categoría del fútbol español y lo hizo con todo el orgullo; y, lo prometo, incluso con más ganas si cabe que cuando lucía mi bufanda de siempre en el Bernabéu y coliseos similares. Si se cayera a 8ª RFEF, de existir tal pozo, me pasaría igual, estoy convencido, pero eso no exime mirarse el escudo del pecho y saber lo que hay detrás de él.

Tengo muy claro que no represento a nadie más que a mí mismo pero, por favor, por caridad, que nadie venga a venderme que otro cataclismo hasta nos podría venir bien por no sé qué de la venta, del reseteo y de si la abuela fuma. El reseteo, la nueva vida, la nueva esperanza, los nuevos proyectos y demás, que vengan a un pasito del fútbol profesional, amigos. De chistes malos, excusas y justificaciones estamos hartos. Ese ‘estamos’ es sólo un plural mayestático, claro, porque igual yo soy el único que he perdido el sentido común y la cabeza… que no lo descarto.

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