No hay peor agonía que llevar condenado toda la temporada

Hoy concluye un corto ciclo en Primera Federación tras una progresión de errores deportivos mezclados con las incongruencias de un grupo inversor protegido incapaz de cambiar el rumbo de un equipo a la deriva incluyendo las tomas de decisiones desesperadas de última hora cuando ya el moribundo había recibido la extremaunción con muchos semanas de antelación. Y la postrera contradicción en el cúmulo del vía crucis es el cese de Marcos López Aragón, un director deportivo de “andar por casa” que nunca fue presentado en sociedad. Las cautelas sobre el control de la precaria economía primaron sobre la estabilidad deportiva entre el cambio de propiedad.

Si el Decano no se juega nada, ni siquiera su honra, Fuenlabrada afronta un panorama poco alentador tras no ganar desde hace 11 jornadas y perder en las últimas cuatro. Y ahora se aferra a lo inverosímil, además de vencer a un rival asequible estará muy atento en tres encuentros: que Alcoyano y Marbella, que juegan en casa, no ganen a Real Madrid Castilla y Antequera (relajados sin tensión) y que el Atlético Sanluqueño pierda en Alicante ante Hércules. Y es que Fuenlabrada confirma el desmadre del fútbol, dado que faltando dos jornadas echó a su segundo técnico (Diego Nogales) y lo releva por un triunvirato Anuarbe-Iríbas-Marrero, una secuencia agravando más su situación de locura.

Un partido sin contenido para el Recreativo en su cruel despedida de un calvario desde septiembre con 32 cruces marcando posiciones de descenso hasta mayo de un devenir triste de 38 jornadas plenas en sucesiones de adversidades, pesadumbres, torturas y angustias. Ya una victoria en el Fernando Torres -la última alegría fue a principio de abril ante Yeclano reactivando la esperanza- no serviría de disculpas para una afición hastiada por las nulas respuestas con siete partidos finales sin satisfacciones cuando era prohibido borrarse. No hay peor agonía que soportar condena toda la temporada.