La metamorfosis del Decano pasa otro examen exigente

Un mes de noviembre de propósito de enmienda con el beneplácito de las alforjas llenas que le permite al Decano emprender el camino adecuado y ahora le espera un mes de diciembre con tres partidos (dos en el Nuevo Colombino) para cerrar un año 2023 que ni soñado donde el equipo nunca caminó solo. La energía es una fuerza para ganar que se extiende desde el campo a la grada como enlace para compartir un lenguaje común junto a su impagable afición, que es una manera de expresión que tiene la facultad de señales de entendimiento.

Ilusión y trabajo es una buena dinámica como respuestas de que no hay partidos cómodos y lo importante es la gestión del grupo entre los diversos medios al alcance que justifican los fines. Y desde fuera sorprende, ya que era difícil de imaginar frente a tantos detractores que tiene la figura del entrenador. De una pérdida de fe a la metamorfosis a través de los resultados, que es lo que priva en el deporte. Abel Gómez de perfil bajo y honrado, que guarda los valores con respeto, ahora adquiere un rédito y hasta recibe algunas muestras de cariño de parte de algún sector menos crispado en esta tregua por la escalada en la clasificación.

El Real Murcia planificó presupuesto de alto riesgo y plantilla de estar arriba con 23 fichajes, en su mayoría perciben sueldos entre 100.000 y 200.000 euros similar al fútbol profesional. Todavía está a tiempo de enganchar sus ilusiones por su potencial y experiencia, dado que cada jornada hay vuelco sobre expectativas. Ya sentenció en el banquillo al uruguayo Gustavo Munúa y el relevo de nuestro conocido Pablo Alfaro no surte efecto sin ganar en las tres jornadas. Abel Gómez tiene antecedentes en el equipo pimentonero (2006-2008) siendo protagonista del último ascenso a Primera División. El Recreativo al límite físico es un equipo fiable y rentable frente a un Real Murcia de examen y juicio al que le urge un cambio brusco.