El coste laboral en Andalucía es un 12% inferior al de España. El dato es del primer trimestre de este año, mayor que el promedio de los últimos cinco años (en torno al 10%) y muy superior que en 2008 (6,6%), al inicio de la última crisis. Es difícil sostener que la ampliación de las diferencias salariales entre Andalucía y España durante la última década pueda resultar beneficiosa para la primera, pero si se tiene en cuenta que el diferencial en productividad en 2019 fue también del 12%, es probable que algunos economistas se aventuren a defenderlo. La inversión privada tiende a concentrarse en los territorios de elevada productividad, salvo que otras circunstancias (fiscalidad, esfuerzo investigador, inversión pública, etc.) compensen la diferencia. También cabe esperar, en sentido contrario, la fuga de los profesionales más cualificados, cuando las condiciones de trabajo son desfavorables.

Un caso especial es el sueldo de los funcionarios. Aquí no hay beneficios contables ni razones de productividad, pero las diferencias salariales entre territorios pueden afectar a la distribución del bienestar, especialmente en el caso de la enseñanza y la sanidad, aunque también en otros ámbitos. Especial relevancia tuvieron las diferencias de sueldo entre las fuerzas de seguridad, a raíz de los conflictos en Cataluña. La comparación no es fácil debido a que, tanto el sueldo base como los complementos, varían en función de la antigüedad y el destino, aunque según apuntaba el ministro Marlaska el pasado mes de mayo, las diferencias debían estar en torno al 20% y desaparecerán con el pago del tercer tramo de aumento comprometido en el acuerdo de 2018.

En el caso de la educación, tanto maestros como profesores de secundaria disfrutan de un mismo nivel básico retributivo (1.823 y 1.977 euros brutos mensuales, salvo Navarra, según CSIF), pero difieren en complementos e incentivos, de manera que finalmente los mejor tratados son los del País Vasco, que ganan un 37% más que en Castilla La Mancha. En Andalucía, el sueldo mensual bruto (con complementos e incentivos y sin descuentos) es de 4.049 euros en el caso de maestros y de 4.440 en el de profesores de secundaria, ligeramente por encima de la media española (3.954 y 4.365 euros). La explicación del bajo rendimiento escolar en Andalucía no reside, por tanto, en el sueldo de los docentes, pero las diferencias salariales en el caso del personal sanitario son bastante más acusadas y preocupantes.

Un estudio del Sindicato Médico de Granada concluye que Andalucía es la comunidad que peor pagó en 2019 a los médicos de hospital interinos y sin exclusividad: 34.989 euros anuales brutos, frente a 44.587 de media en España. El sueldo y las condiciones de contratación se mueven en paralelo, pero los médicos andaluces siempre están por debajo de la media española. En el máximo nivel retributivo (plaza fija y mayor antigüedad) se cobran 64.796 de euros anuales brutos, alejados de la media española (66.100 euros) y todavía más de Murcia (73.173) y País Vasco (71.105). Puede que, en este caso, la fuga de cerebros no influya directamente en la productividad, pero sin duda afecta al bienestar de los andaluces.

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