El parqué
Avances generalizados
Sería algún mes de 2013 cuando asistí a un cónclave entre el representante del Ministerio de Defensa (grado de general) y un director general de la Junta de Andalucía con objeto de exponer en público la situación de una idea innovadora que, de realizarse en Huelva, atraería la moderna cadena de tecnología punta desde el último rincón de Europa hasta la Estación Aeroespacial del INTA en Moguer.
Se trataba de acometer, Gobierno y Junta, sus respectivas responsabilidades administrativas y pecuniarias, ya que hasta el momento no había modo de adecuarlas, pesando el grave riesgo de desaprovechar los recursos destinados por la UE para tal fin, ya que, de no llegar a un acuerdo entre los implicados y aportar cada uno el desbloqueo administrativo y los fondos complementarios, el citado y revolucionario proyecto de "aviones no tripulados" podría trasladarse a Galicia, también interesada en ubicar la base citada en esa comunidad.
Si preguntan qué conclusión saqué después de una hora de toma y daca, diría que asistí a una batalla en la que era preciso retomar y actualizar el tema, cuya premisa indispensable pasaba por la "descatolagación de monte público" de los terrenos afectados, para continuar y concluir con éxito la futura Estación que albergaría el proyecto Ceus.
Y ocurrió lo que suele ocurrirnos en estos lares, "sin que la Junta se pronuncie y resuelva el expediente en cuestión, liberando los terrenos y poniéndolos a disposición del Gobierno", interesado en reformar el citado Centro Experimental en un complejo único a nivel europeo, como base de drones y convirtiendo a Huelva en referente de la industria aeroespacial, perderíamos la situación de privilegio y como viene siendo norma habitual nos quedaríamos a dos velas.
Después de tanto tiempo y tanto silencio, volvemos a plantear tanto desecho, por no sé que intereses, para salvar el trámite del desbloqueo y recalificar las hectáreas precisas para iniciar las obras del futuro Centro de Aviones no Tripulados.
Y uno recuerda que a lo largo de nuestra historia se han elaborado numerosas iniciativas, serias promesas, ineludibles compromisos, y también se sabe de memoria en qué han quedado cada una de ellas. No hace falta volver sobre el caso porque todos, y digo todos, sabemos donde han ido a parar. Algunas al cesto de los papeles, otras, definitivamente al mortuorio. La relación de oprobios, ninguneos y cánticos de sirena sería interminable, pero la culpa, sin señalar (es feo) no la tienen quienes cínicamente nos mintieron sino, quien a sabiendas, callaron, ocultando y desoyendo la verdad.
Ahora parece que la cosa va en serio y que al final pudiéramos recuperar cierto protagonismo en el campo especializado de esos objetos voladores y de camino, aprovechar la ocasión para lanzar un pepinazo a tantos desmemoriados saltimbanquis de una política excluyente con ésta tierra, pródiga en excelentes recursos y fortalezas ancestrales.
Supongo que si existe verdadera intención en propulsar el "recambio del cambio" y equilibrar el territorio de la denominada Andalucía de dos velocidades, aún podríamos salir de esa profunda ciénaga donde nos debatimos entre el atraso y el quejío, tan propios.
Es hora de dejar a un lado tanta llamada a filas, tantos observatorios, tanta mesa redonda y tanto pisto, para intentar lograr que esos pájaros teledirigidos y únicos en el continente europeo, tengan su base de operaciones y subsiguientes plantillas, técnica, científica y laboral en las inmediaciones de éste rincón.
Hay un largo camino a recorrer, desde el Platero andariego hasta el control remoto de un artilugio revolucionario. Un potro del espacio llamado dron que se posa en las arenas de Arenosillo.
También te puede interesar
El parqué
Avances generalizados
El parqué
Adiós a las subidas al cierre
El parqué
Ligeros descensos
Más fuego en la política que en el bosque
Lo último