Me alegré enormemente cuando el Recreativo anunció la creación oficial de su Departamento de Historia con gente sobradamente preparada para ello. Que un club como el nuestro, que debería tener en su pasado el leitmotiv de absolutamente todo lo que pasa cada día dentro de él y a su alrededor, no albergara en su organigrama nada parecido desde hace décadas -salvo puntuales colaboraciones- dice mucho de la ausencia de cuidados de los responsables de la entidad en sus distintas épocas con lo más preciado: el decanato. Bueno, eso y una afición que empuja en las malas y en las peores como no lo hace ninguna otra, algo sobradamente demostrado.

No es tan difícil: no es Gallego, ni Alejo, ni Sotomayor, ni lo es Chendo, como no lo fueron nunca los que nos llevaron a la peor situación deportiva de siempre ni los que nos llevaron a la mejor -tampoco los malos periodistas que estamos a su alrededor- por los que el Recre es especial, sino su condición de pionero. Por cierto, esta identidad cristalizó en una interesante comisión junto a Minas de Riotinto sin que haya tenido efecto real alguno un año después. Otra foto (con terribles ausencias) vacía; ya explicarán el porqué unos y otros, imagino; pero con explicaciones de adultos, digo, que lo de "hay otras prioridades", "no es el momento" (¡nunca lo es!) o "tal llamada no llegó de vuelta" está muy trillado. Seamos serios. O la historia se defiende de verdad o luego pasa lo que pasa. Y aquí nadie olvida otras fotografías años ha, ni posturas perfilescas ante ciertos asuntos quieran o no quieran.

Temía, y así lo escribí, que al Departamento de Historia le cortaran las alas. Su influencia no puede quedar reducida a unos hilos de Twitter (maravillosos, eso sí), y no es, porque lo sé, por falta de ganas de sus integrantes. ¿Por qué esa distancia con la Comisión y el Departamento? Menos mal que siempre queda infantería que cuando tiene que ir a la guerra lo hace aunque sea a pecho descubierto mientras los que deberían dar el paso al frente silban, no sé si por raras conexiones vizcaínas -nada que ver con las Vascongadas-. Llega el 132º aniversario y hay placas y escudos sin defender a todos los niveles, asuntos curiosos estos de los que también habrá que volver a hablar… y pronto.

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