Hace mucho tiempo conversando con mi cura, Don Antonio Bueno (lo del don es marca de la casa como le digo a muchos que me piden por confianza eliminarlo) me alertaba de la politización del mundo cofrade. Si es cierto que en el mundo actual existe una tendencia no sólo a politizarlo todo sino a usar sus formas, imagino que como una mal entendida democratización de la sociedad. La democracia consiste en la participación y el consenso y no en imitar las formas de la política.

Estamos tan acostumbrados a que nuestros políticos y contertulios se rebatan sus argumentos con la más ruin y zafia demagogia, que nosotros también la hemos trasladado a nuestro mundo. En las últimas semanas estamos asistiendo al que puede ser uno de los grandes temas de esta Cuaresma, el resultado negativo en la votación para incluir a la Hermandad del Resucitado como miembro del Consejo.

Desconozco la versión oficial de la hermandad tras la votación y no he podido escuchar la interpretación y su reacción del resultado. Lo que si he leído hasta cansarme son cientos de comentarios en las redes sociales en contra del resultado de dicha votación haciendo uso de una demagogia infinita, no sé si fruto de lo que han escuchado o le han explicado a estas personas. El pleno de hermanos mayores votó en contra de incluir en la nómina de hermandades de penitencia a la Hermandad del Resucitado. Creo si ustedes han leído bien es de fácil comprensión, se votó que una hermandad que no es de penitencia no se incluya en el grupo de hermandades de penitencia, no hay más y creo que es algo muy lógico.

Pero parece ser que esta lógica no la entendió todo el mundo, y a los minutos de hacerse pública la noticia las redes echaron humo. Leyendo los comentarios se podía deducir que las hermandades de penitencia le prohibían a la Hermandad del Resucitado su desarrollo y vida normal, incluso su salida procesional, sus cultos o su propia existencia. Yendo más lejos, se habló de que los hermanos mayores no reconocían el misterio de la Resurrección del Señor, ahí es nada. Que yo sepa, Huelva ha defendido de forma histórica el misterio de la Concepción sin mancha de María y su hermandad no pertenece al Consejo de Hermandades, hay vida más allá del Consejo y el fin de una hermandad no debe estar en la pertenencia al mismo.

Hasta donde tengo entendido la Hermandad del Resucitado fue fundada hace ya muchos años por decreto de don Ignacio Noguer Carmona, tiene una vida interna y externa de mucha vitalidad, desarrolla sus cultos con normalidad y procesiona por las calles de Huelva el Domingo de Resurrección. Además la hermandad puede presumir de los privilegios y de la deferencia que le otorga el Consejo de Hermandades que, sin pertenecer al mismo, la invita a participar en la mayoría de los actos que celebran las hermandades de penitencia en conjunto, dándole así la importancia que tiene el misterio que representan.

Creo que el debate debe de estar en la posible modificación de los estatutos del Consejo de Hermandades de Penitencia para poder incluir a la Hermandad de la Resurrección o en invitar a esta a que se sume al proyecto existente de creación de un Consejo de Hermandades de Gloria.

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