Análisis

Consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación

La Andalucía que soñamos

Yo la vi nacer y muchos de vosotros y vosotras también. Yo te vi nacer, Andalucía, hace 40 años entre canciones de Alameda y Triana, por las calles abarrotadas de los hombres y mujeres de luz, que no se conformaban, que te querían grande, fuerte, libre y poderosa.

Muchos te han amado y creían que eras suya y tú no eres de nadie y eras de todos. De 8 millones de mujeres, hombres, niños, niñas, diferentes, iguales, diversos y multicolores.

Ahora cumples 40 años ya estás madura. Y sé lo que se siente con 40 años. Aún no sabes adonde irán tus pasos, pero sí sabes exactamente lo que no quieres.

No quieres que ensucien tu casa con discursos de odio, exclusión o prejuicios. No quieres que vendan a trozos mercaderes, histriones de ignorante arrogancia.

No quieres que se adueñen de ti, ni que hablen de ti como si fueras suya, ni que quieran salvarte de no sé qué derrota. No quieres más ilustres vasallos, que venden sus principios por la mejor oferta. Aquellos que trepan con la misma postura que usan para arrastrarse.

No quieres más manidos discursos ni palabras vacías ni golpes de pecho, no eres un club con derecho de admisión que exige para entrar pureza andalucista. No quieres ser más la chacha, ni el siervo, ni el cateto, ni el campesino pobre. No quieres pedir nunca más permiso por hablar con tu acento, cantar con tu arte, vivir a tu modo, con la copa siempre llena de un soplo de vida, de sonrisa en sonrisa hasta la última esperanza.

Lo que quieres es volver a la esencia de tus siglos de historia, de entendimiento y tolerancia. Donde cabíamos todos, donde todos cabemos, donde todos valemos lo mismo y nadie es más que nadie.

Lo que quieres es abrir la ventana a un soplo de aire fresco y que huela a limpio y a familias grandes o pequeñas, diversas. Y que vuelvan tus hijos porque tienen trabajo. Lo que quieres es que la honradez, el honor y la integridad no desaparezcan. Lo que quieres es que llegue el progreso, el futuro y los sueños. Sin migajas arrancadas como briznas de hierba en un campo arrasado.

No quieres elegir entre el olvido y la memoria. Lo quieres todo. Quieres ver a los desheredados vivir con dignidad, quieres ver a tus mujeres vivas, libres e iguales. Quieres que el grito de tu gente sea el que más resuene. Y yo te quiero a ti, Andalucía, Huelva. Tal como eres, como siempre fuiste, grande, libre y con ganas.

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