La peña La Divisa protagoniza el homenaje al crítico taurino onubense Cipriano Díaz
Toros
La institución triguereña pone en valor la valía de quien fuese uno de sus más preciados colaboradores,
Delicias Díaz y el crítico Vicente Parra desgranaron varios aspectos de la figura del homenajeado

Huelva/Al crítico taurino, al hombre, al amigo y seguramente a bastantes cosas más de todas esas que fue le rindió anoche homenaje la peña taurina La Divisa de Trigueros al desaparecido Cipriano Díaz Martínez.
Fue el primer homenaje póstumo de una peña con larguísima trayectoria que suele tener memoria con quienes en el camino se dejaron trozos de su tiempo y de su historia en favor de la misma.
En esa tesitura, la directiva que capitanea Juan Esteban González en esos terrenos triguereños vino a cumplimentar recuerdo emocionado a la figura de quien durante muchos años argumentó una colaboración cabal y continuada sin otro ánimo que el estar al lado de este grupo de aficionados cuando se le requirió.
Anoche, sobre el escenario de ese salón de actos del Centro Cívico de Trigueros se puso en valor la figura de un hombre que durante casi cinco décadas entregó su tiempo a escribir de toros; a poner en valor una afición a través de un riguroso concepto de seriedad sobre la Fiesta y sus personajes.
De Cipriano y sus circunstancias llegaron directamente dos versiones tremendamente autorizadas: la de su hija Delicias Díaz y las de Vicente Parra, compañero de muchas horas en el trasiego de muchas temporadas. A un servido le tocó poner en tesitura el acto y provocar que afloraran muchas de esas aristas en las que se volvió un personaje tremendamente polifacético.
En el plano más personal su hija acercó al padre de familia con esa afición al toro metida a fondo. Un hombre capaz de crear un archivo tan profuso “que ahora mismo no cabe en casa”, argumentó Delicias.
En el otro plano, Vicente Parra definió al amigo como cabal, serio y con un criterio propio muy definido para vivir la Fiesta.
Tras los obsequios, las palabras del alcalde Cristóbal Romero cerraron casi al volapié un acto que tan solo era preludio de una cena de hermandad entre peñistas. Cosa bonita. Tanto como la zambombá que aun duraba a las puertas de ese antiguo Convento del Carmen. Alegría navideña.
Cuando ruge la marabunta
No acaba el año de enfilar el patio del desolladero cuando los gestores de Las Ventas han pisado el hormiguero y el toreo anda como pollo sin cabeza. Es la marabunta. Madrid anunciando todas y cada unas de su fechas y todos queriendo estar en Madrid. Sí, Simón Casas y Rafael Garrido han agitado esta plácida estación navideña y andan invitando a turrón a los principales coletudos del escalafón. Bueno, a ellos o a sus apoderados. El que los tenga, claro está, porque da la impresión de que han cogido estas premuras con los calzones bajados a más de uno que fiaba un poco más largo el invierno para encontrar a su hombre en los despachos. El hormiguero está agitado. Se habla de que Ponce rumia volver, El Cid se ha apresurado a decir que cuenten con él, Castella también vuelve a ocupar plaza y Talavante se ha ido a lo fácil y se echa en los brazos del francés Simón Casas dejando al carajo la épica del apoderado independiente que representó Joselito.
Los Morante, Juli, Roca Rey, los pupilos de Matilla y tres más aseguran su temporada con facilidad. Los despachos mandan. ¿Qué importa jugarse los muslos si después viene un tío, hace números y te repite con desparpajo que hay otros por delante?. Dicen que después de la primera oleada - reminiscencias del vocabulario pandémico- viene la del siguiente tramo del escalafón. Los Luque, Ginés Marín, Perera, etc, etc, etc. Después los otros, y los otros. Y así.
En medio de tanta marabunta realmente en lo único que pienso de forma preocupante es como se deshoja la margarita de David de Miranda cuando ya todo el negocio del onubense debía estar mirando hacia Fallas, Castellón, Madrid y Sevilla como mínimo. Esta es una temporada clave y más clave aun es que el triguereño tenga entre tanta marabunta alguien que le recuerde a los que montan corridas que Miranda ha hecho méritos para un sitio propio. Es urgente. Con el toreo metido en estas prisas Miranda no puede aspirar a otra cosa a que los principales despachos de esta jungla escuchen su reivindicación como torero. Esperar a la última ola no es fiable porque si a algo no puede esperar este torero es a las migajas de la temporada. Este año no.
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